A las 9:15 hora local de Nueva York (13:15 GMT), los contratos futuros del WTI para entrega en junio restaban 1.24 dólares con respecto a la sesión previa del martes, cuando el Texas se disparó un 20.45 %.
Los precios del "oro negro", que hasta ayer habían encadenado cinco jornadas consecutivas de importantes subidas, cayeron tras conocerse los últimos datos del Instituto Estadounidense del Petróleo, que ayer reveló que los inventarios nacionales habían aumentado en 8.4 millones de barriles, más de lo que esperaban los analistas.
Esta situación ha empañado el clima de optimismo que imperaba en los mercados energéticos por las reaperturas económicas y el posible repunte en la demanda de crudo que esto podía suponer y las preocupaciones se centran ahora en si ese repunte y los recortes de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP) son suficientes para acabar con el exceso de oferta que arrastra el mercado desde que se desatase la pandemia del COVID-19.
Aunque algunos de los países más afectados, como Italia, España y Alemania, y algunas zonas de Estados Unidos están comenzando a reabrir y regresar gradualmente a la normalidad, la falta de espacio donde almacenar los barriles todavía no se ha solucionado y sigue siendo crítica, por ejemplo, en el principal punto de entrega en EE.UU., situado en Cushing (Oklahoma).
Los expertos coinciden en que aún queda un "largo camino" para que las reaperturas en esos países, los recortes en la producción y el repunte en la demanda compense el exceso de oferta en un mercado que los analistas coinciden en calificar de "inundado" de petróleo.
Se calcula que la demanda cayó en abril alrededor de un 30 % con respecto al mismo periodo del año previo como consecuencia de la paralización de las economías por la pandemia del coronavirus.