Según los datos oficiales publicados hoy por la Oficina Nacional de Estadística (ONE), el índice de precios a la producción (IPP), que mide la inflación mayorista, creció un 8,8 % en junio.
Esto supone una ligera caída frente al 9 % de mayo, que marcó cotas máximas desde septiembre de 2008, pero sigue reflejando la presión que ejerce sobre el sector el aumento del precio de las materias primas, un fenómeno que Pekín está intentando poner bajo control.
Esta situación ha supuesto que en tan solo medio año los precios en el sector industrial se disparen, ya que las marcas de mayo y junio contrastan con la caída del 0,4 % de diciembre de 2020 o el leve avance del 0,3 % en el primer mes de 2021.
PEKÍN, AL RESCATE DE LA INDUSTRIA
Dong Lijuan, estadístico de la ONE, apunta que la ralentización de los precios industriales en junio viene dada por las medidas tomadas por el Gobierno chino, que pasan por la liberación de parte de las reservas nacionales de metales clave para el sector.
"El rápido aumento de los precios del acero, de los metales no ferruginosos y de otros se ha frenado inicialmente", explica el funcionario.
Concretamente, Dong hace referencia a las industrias de fundido, laminación y procesado de metales ferruginosos -como el acero- y no ferruginosos, que bajaron sus precios en un 0,7 % y un 0,1 % frente a mayo, aunque en términos interanuales se siguieron disparando un 34,4 % y un 27,8 %, respectivamente.
El minado y preparado de esos metales sí que se encareció tanto en términos intermensuales como interanuales: el de ferruginosos subió un 5,4 % frente a mayo y un 52,6 % en comparación con junio de 2020, más que el de no ferruginosos, con un 1,6 % intermensual y un 16,8 % interanual.
Jing Liu, economista para China del banco HSBC, está de acuerdo en que las políticas de Pekín "dan sus frutos", y cree que en los próximos meses la inflación en el IPP se "estabilizará" a medida que los precios de las materias primas hagan lo propio.
Por su parte, Julian Evans-Pritchard, analista de la consultora Capital Economics, apuesta por una ralentización del IPP en lo que queda del año al considerar que ya alcanzó su "pico" en mayo, debido en parte a su pronóstico de una bajada en las actividades de construcción.
CERDO Y COMBUSTIBLE, CLAVES DEL IPC
La marca del IPC de junio supone un descenso con respecto al dato del mes anterior, del 1,3 %, y también está por debajo de lo esperado por los analistas, que pronosticaban que el IPC se mantendría o incluso subiría.
Se trata del cuarto mes consecutivo de aumento del indicador en China después de que en enero y febrero, marcados por algunos rebrotes del coronavirus, se contrajese un 0,3 % y un 0,2 %, respectivamente.
Sin embargo, en la comparación con los datos de mayo, los precios al consumidor bajaron un 0,4 %, algo que la ONE achaca a una "demanda estacional baja".
Otro de los factores que destaca Dong es una nueva bajada de los precios del cerdo (-36,5 % interanual, -13,6 % frente a mayo) gracias a la recuperación de la piara nacional tras la epidemia de peste porcina africana que mató a decenas de millones de cerdos en el país desde mediados de 2018.
La caída interanual de los precios del cerdo es "la mayor que se ha registrado", agrega Evans-Pritchard.
Los precios alimentarios y no alimentarios siguieron trayectorias opuestas: si los primeros cayeron un 1,7 % interanual en junio, los segundos aumentaron en esa misma proporción, impulsados por los mayores costes del combustible para transporte (+23,6 % interanual).
Precisamente el combustible y el cerdo son ahora los principales protagonistas del IPC, según Jing, que apunta que Pekín es "consciente de la naturaleza volátil" de esos dos productos y tiene "mecanismos" para suavizar el efecto de sus alzas y bajadas.
De cara al futuro, Capital Economics cree que la inflación navegará por niveles "que no provocarán ningún cambio en las políticas monetarias".
Julio 9, 2021
El índice de precios al consumidor (IPC), el principal indicador de la inflación en China, se ralentizó al 1.1 % interanual en junio, misma tendencia que siguieron los precios mayoristas, aunque estos se mantienen en cotas máximas de más de una década por el encarecimiento de las materias primas.
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