El texto calcula que, para ese año, la primera economía del mundo habrá alcanzado, y superado, el nivel de deuda que registró durante lo peor de la pandemia de covid-19, que se situó en el 134.5 % del Producto Interior Bruto (PIB) en 2020.
Para 2027, según el FMI, la deuda pública estadounidense habrá subido hasta el 134.9 %, después de remitir hasta el 122.1 % en 2022, y aumentar progresivamente durante 2023 (122.9 %), 2024 (126 %), 2025 (129.4 %) y 2026 (132.2 %).
En el caso de China, el organismo financiero prevé que la deuda pública habrá alcanzado el 102.8 % del PIB para 2027, casi 35 puntos porcentuales más que el 68.1 % que registró en 2020.
El gigante asiático representa, sin embargo, la mayor anomalía en los informes del FMI, publicados con motivo de las reuniones anuales del Fondo y del Banco Mundial, que se celebran durante toda esta semana en Washington.
Según los expertos del organismo, la situación de baja inflación y política monetaria relajada de la segunda economía del mundo la convierten en la mayor excepción entre los países analizados y permiten a las autoridades chinas ser más laxos con respecto a su política fiscal.
En el caso estadounidense, sin embargo, el FMI prevé que el déficit público aumente durante los próximos años, pero sin superar los niveles de 2020 y 2021.
El Fondo calcula que, para finales de 2022, el déficit de la mayor economía del mundo se sitúe en el 4 %, un nivel similar a los que se registraban antes de la pandemia.
La cifra continuará aumentando, sin embargo, y alcanzará un 7.4 % del PIB en 2025, para moderarse después al 7.1 % para 2027.
China, por otro lado, reducirá ligeramente su déficit, que se mantendrá bastante estable en torno al 7.1 % hasta 2027, después de alcanzar el 8.9 % en 2022.