China espera mantener su crecimiento en 2012 a pesar de un panorama sombrío

Pekín finalizó hoy tres días de reuniones para delinear su plan económico para 2012, en el que la segunda economía mundial intentará mantener un crecimiento "estable" a pesar de "un panorama global sombrío y complicado", según el comunicado publicado al final del encuentro.

La crisis en Europa y Estados Unidos está frenando el crecimiento chino, que aunque seguirá siendo robusto en 2012, será más lento que el de este año, lo que a su vez puede provocar una reacción negativa en los mercados globales.

La situación de la economía global ha creado nuevos riesgos, señala el comunicado final, que anuncia una "recuperación económica mundial inestable e incierta" a lo largo del año próximo.

El documento reconoce que China sufrirá tensiones de "desequilibrio, descoordinación e inestabilidad", y que afronta presiones por la desaceleración económica y por la inflación.

Recomienda el comunicado que China "refuerce su competencia global mediante más planes estratégicos".

La preocupación por un frenazo en la segunda economía mundial y la crisis de deuda soberana europea ha afectado a las bolsas chinas, con una caída de más del 27 por ciento en Shanghái desde abril.

Al mismo tiempo, el crecimiento de las exportaciones, uno de los principales motores de la expansión de China, se ha reducido desde el 37.7  por ciento en enero hasta el 13.8  por ciento en noviembre, debido a la caída de la demanda externa, siendo Estados Unidos y Europa el principal destino de los productos chinos.

Por ello, en el documento se reitera la voluntad de Pekín de transformar el modelo de crecimiento económico, con el fin de depender menos de las exportaciones, debilitadas por la crisis en Europa y Estados Unidos, y bascular el motor hacia el consumo interno.

Para ello, prosigue, es necesario el incremento de los ingresos, en particular los de los grupos más desfavorecidos, clave para superar la caída de las exportaciones.

"La estabilidad significa mantener una política macroeconómica básicamente estable, un crecimiento económico relativamente rápido, y la estabilidad de los precios al consumo y de la sociedad", señala el documento divulgado por la agencia oficial de noticias Xinhua.

El crecimiento del Producto Interior Bruto (PIB) chino se ha desacelerado desde principios de año, con un 9.7 por ciento en el primer trimestre, seguido de un 9.5 por ciento en el segundo, y de un 9.1 en el tercero.

En cuanto a la inflación, uno de los principales motivos de preocupación para el ejecutivo chino este año, el Índice de Precios al Consumo (IPC) se redujo hasta un 4.2 por ciento en noviembre, después de alcanzar máximos históricos del 6.5 por ciento en julio.

Con un resultado medio del 5.5  por ciento entre enero y noviembre, Pekín admite que no cumplirá al cierre del año con su objetivo inflacionario del 4 por ciento.

Los miembros de la Comisión Nacional de Reforma y Desarrollo (CNRD), el máximo órgano de planificación económica de China, alertaron hoy de que todavía existen riesgos inflacionarios en 2012.

A lo largo de ese año, el gigante asiático aplicará una política monetaria prudente y una política fiscal proactiva.

Al mismo tiempo, el país mantendrá el tipo cambiario de la moneda china, el yuan, básicamente "estable", al tiempo que avanza de forma paulatina en la reforma del mecanismo del cambio de divisa, bajo la presión de Washington y Bruselas para una revaluación.

De forma paralela, Pekín mantendrá un "razonable incremento" en liquidez y préstamos, con el fin de inyectar liquidez en el mercado, una medida iniciada este mes con la subida en medio punto del índice de reserva bancario.

El documento anuncia la construcción de más vivienda asequible para regular el mercado inmobiliario, que sufre un momento de retroceso tras meses de burbuja especulativa, hasta situar los precios a "un nivel razonable".

En cuanto a la inversión en activos fijos, China espera un crecimiento moderado, mejorar la estructura de inversión, garantizar el suministro de capital para proyectos de conservación del agua, ferrocarriles y equipos de manufacturas.

Por último, Pekín impulsará el desarrollo de industrias emergentes, tecnologías clave, transporte y bases de energía.