En cuanto al pronóstico de crecimiento económico para 2011, se sitúa en el 2.9 por ciento, informó el ministro de Economía, Philip Rösler, lo que supone tres décimas más de lo contemplado en las anteriores estimaciones gubernamentales.
Rösler hizo hincapié en que dichos cálculos muestran que Alemania seguirá siendo el "motor del crecimiento europeo", a pesar de la expansión económica haya perdido ritmo.
Las exportaciones han perdido ímpetu, admitió el ministro, pero en cambio se mantiene el buen funcionamiento del mercado interno.
La corrección de los pronósticos gubernamentales para 2012 siguen a la presentación de los cálculos de los principales institutos económicos alemanes, la semana pasada, que asimismo bajaron las expectativas de crecimiento para el próximo año, situándolo en el 0.8 por ciento.
Un 1.0 por ciento de crecimiento "significa naturalmente que se sigue creciendo", enfatizó Rösler, que considera ello evidencia que no se está ante una recesión.
La creciente incertidumbre por la crisis de la deuda en la zona del euro ha hecho mella en el crecimiento alemán, añadió el ministro.
El ritmo de crecimiento de las exportaciones se ralentizará asimismo, indicó, ya que desde el incremento del 7.5 por ciento previsto para este año se bajará al 3.5 por ciento en 2012.
Las cifras del desempleo seguirán en descenso, ya que del 7 por ciento de media de este año se bajará al 6.7 por ciento el próximo, lo que muestra, según el ministro, la buena evolución persistente del mercado laboral.
La inflación, de acuerdo con esos pronósticos, se situará en 2011 en el 2.3 por ciento para bajar el próximo año al 1.8 por ciento.