Ante un crecimiento menor al previsto en principio, Alejandro Werner, director del Departamento del Hemisferio Occidental del FMI, destacó la importancia de que las autoridades perseveren en la consolidación fiscal para mantener la confianza del mercado.
Pero además, apuntó, México requerirá “situar la deuda pública firmemente en una trayectoria descendente”.
“La economía de México continúa creciendo moderadamente, pero está entrando en un terreno difícil”, expuso en su análisis del reporte actualizado Proyecciones Económicas Mundiales (WEO, por sus siglas en inglés).
Añadió que las perspectivas “están empañadas por la incertidumbre en torno a la política comercial de Estados Unidos”.
Werner agregó que las complicaciones en el acceso a los mercados financieros darán como resultado un freno a la actividad económica.
De acuerdo con la actualización, México crecerá este año a una tasa de 1.7 por ciento y de 2.0 por ciento en 2018, casi 6 décimas de punto porcentual debajo de las proyecciones originales de octubre.
El FMI estimó que México creció 2.6 por ciento en 2015 y 2.2 por ciento en 2016, haciendo notar además que las monedas de varios mercados emergentes se depreciaron sustancialmente en los últimos meses, en particular la lira turca y el peso mexicano.
Werner indicó que aun cuando la inflación ha estado aumentando tras la caída del peso frente al dólar y el incremento de los precios de energéticos, “el endurecimiento de la política monetaria debería ayudar a mantener bajo control las expectativas inflacionarias”.
“En adelante, un mayor endurecimiento sólo será necesario para evitar efectos de segunda ronda, ya que el repunte de la inflación debido al aumento de los precios relativos de bienes transables será pasajero”, indicó.