El número 3 del mundo tuvo dos momentos de duda, en el inicio del partido y mediado el segundo set, pero el resto del duelo dominó al impetuoso transalpino, que a rachas desplegó un gran tenis.
Nadal derrotó una fase antes que el año pasado al italiano y también se medirá una fase antes con Schwartzman, que fue su rival en semifinales en el camino hacia su decimotercer Roland Garros.
El español está ya en cuartos sin haber cedido un set. De hecho, con los tres ganados ante Sinner encadena ya 35, a tres de su mejor racha en la arcilla francesa, lograda entre 2015 y 2018, y a seis del récord que ostenta el sueco Bjorn Borg entre 1979 y 1981.
"He empezado bien en los dos primeros juegos, luego he estado demasiado defensivo y le he permitido tener el ritmo, he cometido algunos errores, pero luego me he reenganchado al partido", señaló Nadal, que reconoció haber tenido otro mal momento en el segundo set.
El partido tuvo cosas del de hace un año, jugado en una fresca noche del otoño parisiense. Entonces, también entró con ímpetu el italiano, que llevó a Nadal a un juego de desempate en la primera manga, pero poco a poco el español fue cocinando una victoria que, a la postre, fue contundente.
Este mismo año en Roma vivieron un segundo duelo y, de nuevo, la resistencia de Sinner fue de más a menos.
El tercer duelo se produjo pocos minutos después de que el serbio Novak Djokovic, número uno del mundo, se viera obligado a remontar dos sets contra otra joven promesa italiana, Lorenzo Musetti.
Aunque Nadal enseguida se colocó 2-0, el italiano desplegó un juego agresivo y acertado que le permitió anotarse cuatro juegos consecutivos que le hicieron crecerse. Tanto, que su tenis comenzó a perder precisión.
Con el 5-4 a su favor tenía servicio para ganar el parcial, pero el vértigo se apoderó de sus nervios y concedió el saque con una doble falta.
La reacción fue automática de Nadal. Ocho juegos de su lado en una muy buena versión del campeón, que no solo le sirvieron para apuntarse la primera manga, también para dejar encarrilada la segunda.
Con 4-0 el español tuvo su segundo momento de 'ausencia' que el italiano aprovechó para romper dos veces el servicio de Nadal, que, golpeado, despertó para anotarse otros ocho juegos consecutivos y dejar el duelo visto para sentencia.
Ahora le espera Schwartzman, uno de los pocos jugadores que le ha vencido sobre tierra batida. Fue el año pasado en cuartos de final del torneo de Roma, en el que el argentino llegó a su única final en un Masters 1,000.
Es su único triunfo en once duelos contra Nadal, que el año pasado en semifinales de París le derrotó con contundencia.
"Es un rival difícil, está jugando bien, pero cuando llegas a estas alturas de la competición no puedes pensar en tener rivales fáciles", dijo Nadal.