No creía Rafael Nadal en los finales de Hollywood, en desenlaces felices como sucede en las películas americanas. Dijo el mejor deportista español de todos los tiempos que ninguna manera de retirada es la ideal. Pero ni mucho menos como la que asumió en el Palacio de los Deportes Jose María Martín Carpena de Málaga donde tuvo que enfilar su despedida tras la eliminación de la Copa Davis contra Países Bajos.
Un adiós impensable
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