El estadio Arena Corithians, en Sao Paulo, sede del partido de apertura el próximo 12 de junio entre Brasil y Croacia, fue el primero de los estadios en pasar a manos del organismo rector, que ya recibió en forma simbólica las "llaves" del estadio.
Hoy pasarán a funcionar bajo la órbita de la FIFA también los estadios Arena Pantanal de la ciudad de Cuiabá, en el estado de Mato Grosso; Arena das Dunas de la ciudad de Natal, capital de Rio Grande do Norte; y Fonte Nova, en la ciudad de Salvador, capital del estado de Bahia.
El control de los demás estadios mundialistas será asumido por la entidad a lo largo de esta semana, hasta el próximo domingo.
A partir del momento en que la FIFA asume la gestión de los estadios, los clubes u organismos estatales dueños de los mismos dejan de tener cualquier injerencia sobre todo lo que ocurra en su interior.
Desde que reciben los estadios, y hasta que comience el Mundial, los funcionarios de la FIFA se encargarán de tareas que van desde decorar y señalizar las arenas, hasta ultimar detalles en los sectores de comunicación.
La entidad mundial también asume el control de las canchas oficiales de entrenamientos (COTs) y de los centros de entrenamientos de selecciones (CTSs, por sus siglas en portugués).
En el caso de los COTs, que son estadios en los que no se jugarán partidos durante la cita pero que serán usados por las selecciones que participan del certamen, la FIFA se encargará de mantener el césped y los vestuarios, entre otras tareas.
También se terminarán de instalar en estos días las estructuras complementarias de los estadios, en las cuales se ubicarán los centros de prensa, voluntarios, patrocinadores y áreas de telecomunicaciones.
El estadio Arena Corinthians, pese a que ya está en manos de la FIFA, vivirá una situación excepcional, puesto que a raíz de los atrasos en las obras continuarán ingresando técnicos y obreros.
El lujoso y flamante estadio del Corinthians recibió el domingo pasado el primer partido oficial, entre el "Timao" y Figueirense, y tendrá un segundo choque de prueba, entre los dueños de casa y Cruzeiro, el próximo 29 de mayo.
Debido a que varios sectores aun están en obras, el estadio posee hasta el momento autorización para recibir un público máximo de 40,000 personas, número considerablemente menor a los 68,000 asientos que posee.
Debido a la imperiosa necesidad de celebrar al menos un partido con público cercano a la capacidad total antes de la apertura del Mundial, la FIFA y el Comité Organizador Local (COL) aguardan una nueva autorización, para que el próximo partido pueda recibir a unos 60,000 aficionados. (DPA)