Tributan al Señor de la Humildad con miles de tortas gratis

Sobre el origen de las tortas existen diversas leyendas, algunas que asocian su invención a una tropicalización de las baguetes rellenas que trajeron consigo los soldados galos desplegados en México durante la segunda intervención de Francia.

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Otros más, como Roberto Arturo Ayala, adjudican su invención a Leonardo Da Vinci, quien en el siglo XVI habría buscado deleitar a su mecenas Ludovico Sforza, presentando un bocadillo elaborado con una hogaza de pan rellena de alimentos.

Lo cierto es que existen registros que dan cuenta del uso milenario del pan para acompañar alimentos. Sin embargo, en México, las tortas han alcanzado un nivel de sofisticación que incluye cientos de variantes.

Desde la típica torta de tamal, pasando por las tortas ahogadas tan tradicionales de Guadalajara, la combinación de telera o bolillo relleno con guisos e ingredientes varios, ha dado pie al surgimiento de una industria que ha asentado sus reales en el municipio de Villa de Tezontepec, en Hidalgo.

Es aquí, en este municipio ubicado a 37 kilómetros de Pachuca y a 75 kilómetros al norte de la Ciudad de México, donde desde hace 20 años, cada 1 de mayo se celebra el Día del Tortero, evento al que este año acudieron 25 mil visitantes, según estimaciones del comité organizador.

Como parte de estos festejos, los torteros de Villa de Tezontepec regalan cada año miles de tortas a comensales que llegan de distintos puntos de la Ciudad de México, el Estado de México y de Hidalgo, a quienes los organizadores de este evento obsequiaron esta vez al menos 20 mil tortas.

Además de las ricas tortas gratis, los festejos incluyen la realización del concurso el “Comelón de Cubanas”, que consiste en competir por ver quién come más de estas tortas, caracterizadas por la abundancia y variedad de sus ingredientes.

Así, este año no faltaron quienes se comieron hasta cuatro ó cinco teleras rellenas de milanesa, salchicha, huevo, jamón y quesos blanco, Oaxaca y amarillo; servidas con jitomate, cebolla, chiles, mayonesa y mostaza.

Además los asistentes pudieron admirar verdaderas tortas gigantes, que llegan a pesar hasta 8 kilos. Sin embargo, la reina de las tortas es un platillo descomunal que puede alcanzar para satisfacer a decenas de comensales hambrientos.

Aunque quizá lo que mayor promoción le ha dado a esta celebración son las miles de tortas que se reparten gratis como parte de una ofrenda al Señor de la Humildad, a quien tributan en agradecimiento las cerca de 3 mil 500 familias que se dedican a esta actividad.

Para el empresario tortero Teodoro Rodríguez cada primero de mayo “siente como si fuera su cumpleaños”. Así de personal vive esta celebración instituida hace 20 años por don Simeón García, quien propuso al gremio adoptar como santo patrono al Señor de la Humildad.

Fue así que el entonces pujante gremio de torteros de Villa de Tezontepec comenzó a celebrarse, en un momento en que sus actividades microempresariales vivían un auge que les permitía emigrar a distintos estados de la República y la Unión Americana.

Por ejemplo, Teodóro Rodríguez afirma haberse mudado a los 16 años a Villacoapa, en la Ciudad de México, para trabajar durante cinco años con un primo que atendía un puesto de tortas en Acoxpan y Miramontes.

Hoy, con más de 20 trabajadores, es dueño de las Tortas el Hipódromo un referente gastronómico en avenida Periférico e Industria Militar, en donde a diario prepara cerca de 500 tortas de milanesa, huevo con chorizo, salchicha, jamón, quesos, pierna y lomo.

Al igual que él, Julio Cesar González González, de 43 años, se inició en el negocio muy joven gracias a que amigos de su juventud lo invitaron los fines de semana a ir a trabajar a la Ciudad de México. Actualmente tiene dos puestos de tortas en el Estado de México, donde emplea a ocho de sus paisanos, quienes diariamente elaboran hasta 200 tortas en cada puesto.

Entre las que más vende se encuentra “La Rusa”, una torta que lleva pierna, milanesa y queso. Pero también es muy solicitada La Pachuqueña, que se sirve con milanesa, piña y queso. Sin embargo, afirma que el nombre con el que se sirven las teleras preparadas varía según el puesto.

Pues también los hay quienes prefieren ponerle nombres de artistas o bailes famosos, como la torta “Trevi”, que lleva pechuga de pollo y mucha pierna; la “Lambada” que se sirve con pierna, huevo y chorizo; o la “Juanga” que se sirve sin picante.

Respecto al porqué esta actividad se ha vuelto preponderante en este municipio, César González no duda, a la hora de afirmar que la mejora en las condiciones de vida de la población de Villa de Tezontepec se debe más que nada al esfuerzo de miles de torteros que encontraron en esta actividad una oportunidad para superar la pobreza.

Es por ello, que César, junto con amigos y torteros asociados, aporta a la ofrenda colectiva dos mil tortas, que les representa un gasto de 18 mil pesos aproximadamente, que sin embargo invierte gustoso “para regresar un poco de lo mucho que les otorga el señor de la Humildad”.

Además del obsequio de tortas, quienes acudieron a este festejo pudieron encontrar en Villa de Tezontepec artesanías originales, muchas de ellas realizadas con pieles de distintos ganados, que van desde chamaras, cinturones, azaleas, lujosas sillas de montar, entre otros.

Además, el acérrimo rival de la torta, el taco, encuentra en Villa de Tezontepec un gran nicho entre los aficionados a la barbacoa y las carnitas que se sirven para deleite de los turistas que llegan a satisfacer el paladar.

Entre las bebidas que aquí se sirven se encuentran infinidad de cócteles acompañados con frutas de temporada como piña, sandía, coco y mango, además de diversos tipos de micheladas y sangrías preparadas servidas bien frías para apaciguar el calor.

 

 

Fuente: Notimex