Cheo, como todos le dicen, llegó a Conecalli con 11 años de edad y su discapacidad visual era severa. Aun así, se propuso estudiar como cualquier niño y cumplir con una educación de calidad para realizarse como persona.
Actualmente, camina libremente apoyado de un bastón que funge como guía en cada paso. Inicia su mañana con su aseo personal, desayuna y después ayuda en las labores de la casa, sitio al que llama su único hogar.
“En Conecalli vivo bien, siempre pienso que si no nos hubieran traído aquí me hubiera ido mal. Soy muy activo y me gusta ayudar en las diversas labores de la casa. Hago cosas donde me demuestran que mi discapacidad no es una limitación”, expresó.
Debido a su discapacidad, Cheo es ahora un joven con situación jurídica institucionalizada, es decir, está bajo la tutela permanente del Sistema Estatal para el Desarrollo Integral de la Familia (DIF), y en este caso la casa hogar se hace cargo de él en todos los ámbitos de su vida.
Durante sus estudios en los Centros de Atención Múltiple (CAM) de la Secretaría de Educación de Veracruz (SEV) aprendió braille, método de puntos en relieve que hace que una persona ciega o débil visual pueda leer a través del tacto de la punta de sus dedos.
Este aprendizaje lo ha inspirado a trascribir textos y poemas de su colección favorita. Con ayuda de su regla que contiene el alfabeto braille y una computadora que le dicta línea a línea, logra la transcripción para que personas como el puedan leer a sus escritores favoritos.
“Estoy comenzando a transcribir poemas para que se queden en la ludoteca y sean utilizados por otros niños o niñas en mi misma condición”.
Después de terminar sus labores diarias, se dirige a las oficinas administrativas de Conecalli, donde ocupa una computadora, la enciende y comienza a escuchar poemas para ser transcritos en una hoja en blanco. Todavía no tiene un autor preferido, pero comprende bien de lo que trata cada escrito.
“Vivo como si fuera de noche, pero desde que aprendí braille todo fue diferente; me siento motivado y con muchas ganas de hacer cosas que me hacen feliz, desde transcribir los poemas hasta buscar un empleo donde me pueda desempeñar en algo que me guste mucho”.
A la fecha, a través del Departamento de Inclusión Social del Centro de Rehabilitación e Integración Social del Estado de Veracruz (CREEVER), se le están haciendo pruebas a Eliseo para poder calificarlo y decidir en qué área se adapta mejor y comience su vida laboral.
En la Ciudad Asistencial Conecalli habitan más niños y jóvenes con algún tipo de discapacidad, y que por decisión del organismo asistencial ahora tienen la situación jurídica institucionalizada; ahí, desarrollan diversas actividades según sus capacidades.