Según indicaron "conocedores de la vida y obra de la artista, "la gran mayoría (de las piezas)...no son de la autoría de la artista", dijo a la prensa José Luis Pérez Arredondo, representante legal del Banco de México, institución que vela por la obra de esas dos figuras claves de la pintura mexicana del siglo XX.
La polémica sobre la nueva obra de Frida Kahlo procede desde que se tiene noticia de que dos libros van a dar a conocer nueva obra póstuma de la artista, y que finalmente salieron al mercado con los títulos: "Finding Frida Kahlo", y "El laberinto de Frida. Muerte, dolor y ambivalencia. Cartas ilustradas, dibujos y notas íntimas",
Y también cuando a finales del pasado mes de agosto los anticuarios mexicanos Carlos Noloya, y Leticia Fernández, presentaron los 1.200 objetos como auténticos aunque admitieron que eran muy distintos a las otras obras pictóricas de la artista.
Hasta que hoy el asunto llegó a la fiscalía mexicana, conocida como la Procuraduría General de la República (PGR).
Sobre la denuncia, Arredondo acompañado de expertos en la obra de la artista y miembros de los museos Anahuacalli Diego Rivera y Frida Kahlo indicó a los periodistas: "No estamos haciendo imputaciones personales ni tampoco estamos calificando conductas. Esa es la materia de la denuncia".
La importancia de la obra de Kahlo en México es tan relevante que un decreto publicado el 18 de julio de 1984 establece que toda obra de arte de la pintora es monumento artístico nacional, por lo que queda protegida por una ley federal que considera de utilidad pública cualquier reproducción y comercialización de la misma.
De ahí que Arredondo indicase que será ahora la PGR la encargada de determinar la autenticidad o no de la obra, así como dilucidar quiénes son sus dueños y las posibles responsabilidades que estos puedan tener en la posible comercialización de los objetos.
Para el pintor Pedro Diego Alvarado, nieto de Diego Rivera, "lo que dicen las cartas (que aparecen en uno de los libros) no tiene ninguna relación con el universo de Frida", lo que le da pie a pensar que son falsas.
Por su parte el crítico de arte e historiador estadounidense James Oles admitió que no había visto físicamente los objetos pero señaló que por lo publicado se aprecia que son "falsificaciones recientes hechas con materiales viejos".
Oles llamó la atención sobre detalles como las "horribles faltas de ortografía en muchos de los documentos", tales como el verbo "llegó" escrito con 'y', algo que no cree posible que escribiera Frida, que estudió en la Escuela Nacional Preparatoria y fue "una de las mujeres más inteligentes de su época".
"Ni un gringo estudiando español en el segundo año va a hacer ese tipo de error. ¿Quién está escribiendo eso?", inquirió.
Para este historiador es increíble también que nadie se diera cuenta de que Frida regalara un "archivo perdido" con los objetos cuestionados, que se los entregara a un supuesto enmarcador de cuadros ya fallecido, y que finalmente terminaran en manos de Noloya.
"Si esas obras no son reales, y nosotros lo pensamos, van a infectar todos los estudios de Frida Kahlo como un virus con información mala, inexacta, y con obras que son de una calidad baja que interfiere con lo que sabemos de Frida", concluyó.