Los investigadores han completado los estudios batimétricos, que miden la forma del fondo del mar y la profundidad del océano, para obtener mayor conocimiento sobre el impacto que tuvo el terremoto Tohoku-Oki que provocó un devastador tsunami en la costa de Japón.
El estudio, dirigido por el profesor Toshiya Fujiwara, de la Agencia japonesa de Tecnología y Ciencias Marinas y de la Tierra (JAMSTEC) en Yokosuka revela que el impacto fue mayor de lo que se había calculado hasta ahora.
Los expertos compararon las mediciones del fondo del mar -antes y después del terremoto- e identificaron las diferencias que se produjeron en toda su extensión con el eje de la Fosa de Japón, donde se produjo un terremoto de 9 grados en la escala Richter.
La placa del Pacífico se mueve hacia el oeste, golpeando y metiéndose bajo la plataforma continental Okhotsk, creando tensión entre las placas tectónicas que pueden provocar terremotos.
Según el estudio, cerca del epicentro del temblor la placa Okhotsk se movió 50 metros al este sureste hacia la fosa marina.
De hecho, creen que este desplazamiento sumado al movimiento hacia arriba probablemente contribuyó a la generación de las olas del tsunami masivo que siguieron al terremoto.