"Queridos hermanos y hermanas, ayer hizo cincuenta años que el hombre puso un pie sobre la Luna, realizando un paso extraordinario", rememoró el pontífice tras el rezo del Ángelus dominicas, desde la ventana del palacio apostólico.
Entonces Francisco, ante cientos de personas que le escuchaban desde la plaza de San Pedro, instó a alcanzar retos terrenales.
"Que el recuerdo de aquel gran paso para la humanidad pueda despertar el deseo de progresar juntos hacia metas aún mayores: más dignidad para los débiles, más justicia entre los pueblos y más futuro para nuestra casa común", el planeta Tierra, deseó.
El pontífice se refirió así a la hazaña lograda el 20 de julio de 1969, hace medio siglo, cuando por primera vez el hombre llegó al único satélite natural de la Tierra, en concreto los astronautas estadounidenses Neil A. Armstrong y Edwin E. Aldrin, que fueron los primeros en pasear por la Luna.
Un logro seguido atentamente y celebrado por el entonces papa Pablo VI, junto a sus estrechos colaboradores desde el observatorio astronómico del palacio estival de Castelgandolfo, cerca de Roma.
Tras el alunizaje, el pontífice envió un mensaje a los tres astronautas estadounidenses -el tercero, Michael Collins, se quedó en el módulo espacial orbitando la Luna- bendiciendo su misión.
"Honor, saludos y bendiciones a vosotros, conquistadores de la luna, pálida luz de nuestras noches y nuestros sueños. Llevad sobre ella, con vuestra viva presencia, la voz del Espíritu, el himno a Dios, nuestro Creador y Padre", rezaba parte del mensaje del papa, hoy santo.