La Secretaría Nacional de Gestión de Riesgos (SNGR) explicó que los organismos especializados nacionales y extranjeros dedicados al estudio del fenómeno han advertido de que este año se podría presentar la anomalía con una intensidad entre débil y moderada.
El Niño es un fenómeno que aparece periódicamente en la zona central del océano Pacífico y se caracteriza por un incremento de la temperatura del mar, lo que genera el aumento de la humedad que llega a la zona continental.
El fenómeno se presenta como una corriente cálida que recorre por el paralelo cero hacia el oeste hasta chocar con las costas continentales de Suramérica.
Suele causar alteraciones climáticas en la zona, sobre todo intensas lluvias, aunque sus efectos han alcanzado a otras regiones del planeta.
La titular de la SNGR, María del Pilar Cornejo, dijo hoy en una rueda de prensa en la ciudad portuaria de Guayaquil que se adelantarán dos meses los denominados "cruceros de observación", que ejecutan instituciones especializadas para investigar las condiciones marinas y atmosféricas en la zona costera del país.
Esa investigación pretende precisar la magnitud del evento y los "potenciales impactos" de los temporales que genera cuando aparece, añadió Cornejo.
"Normalmente estas observaciones se realizan en septiembre, pero se las realizará desde julio. Si desde aquí hasta septiembre hay cambios drásticos, las acciones serían otras; se trabaja así porque no podemos manejar la amenaza de este fenómeno, pero sí podemos manejar su vulnerabilidad", explicó.
La secretaria de Riesgos destacó también la labor que realiza el Comité de Estudio Regional del Fenómeno El Niño (Erfen), integrado por delegados de Colombia, Ecuador, Perú y Chile, que proporciona información especializada sobre el fenómeno.
Cornejo recordó que el pasado 20 de junio se efectuó una reunión de dicho Comité Regional para analizar la probabilidad de que se presente El Niño y recomendar a los gobiernos acciones que permitan mitigar sus impactos negativos.
De su lado, el jefe del Departamento de Ciencias del Mar de Ecuador, Edwin Pinto, señaló que desde mediados de julio comenzará un "monitoreo periódico en las islas Galápagos" y en el océano que las separa del continente, tanto a nivel de superficie como a 500 metros de profundidad.
Ese estudio, dijo, "permitirá conocer las condiciones de temperatura, salinidad, parámetros biológicos, entre otros aspectos" que alimentan las investigaciones sobre el fenómeno.