Los modelos afectados son iQ y Passo, construidos entre 2008 y 2010, de los que se revisarán 65 mil unidades en Japón y 70 mil 800 en Europa.
Según Toyota, líder mundial del motor, los sensores de la dirección asistida de esos turismos pueden sufrir un problema en zonas con baches y hacer más dura la conducción, aunque no se han registrado accidentes.
La multinacional japonesa reemplazará el software necesario en esos vehículos.
Desde finales de 2009, Toyota Motor ha anunciado reparaciones masivas hasta acercarse a los catorce millones de vehículos en todo el mundo.
Su última llamada a revisión se produjo hace dos semanas e implica a 1.6 millones de vehículos por posibles defectos en el cilindro maestro del sistema de frenado y un sistema de la bomba de alimentación.