Fuentes de la Sede Apostólica confirmaron que el grupo de trabajo estará encabezado por el cardenal italiano Camillo Ruini, personaje estimado por el Papa Benedicto XVI y quien dirigió durante años el vicariato de la diócesis de Roma.
El fenómeno religioso en torno a la localidad es uno de los más importantes de las últimas décadas. Desde 1981, cuando iniciaron las "manifestaciones marianas", católicos de todo el mundo viajan allí con la esperanza de ver a la madre de Cristo o recibir algún mensaje sobrenatural.
Desde el principio, El Vaticano ha mantenido una postura distante y más bien escéptica sobre el asunto, incluso con el paso de los años se ha visto obligado a sancionar con graves penas a Tomislav Vlasic y Jozo Zovko, grandes defensores de la autenticidad de las apariciones.
Tras el retraso de unos meses por causa de un notable teólogo que rechazó la posibilidad de ser su presidente, la comisión del Vaticano que estudiará el tema está dando sus primeros pasos y en los próximos días deberá ser presentada públicamente.
El grupo deberá expresarse, ante todo, respecto de la "sobrenaturalidad" de las supuestas apariciones y lo deberá hacer declarando: "constat de supernaturalitate", con la cual se reconocería la existencia de fenómenos místicos.
Podría elegir "non constat de supernaturalitate", según la cual se declara no estar en grado de afirmar que se trate de episodios paranormales, aunque tampoco se desmienten categóricamente.
También podría elegir "constat de non supernaturalitate", con la cual se excluye con certeza la presencia de manifestaciones sobrenaturales.
Sobre Medjugorje pende ya el juicio de "non constat de supernaturalitate", emitido por una comisión ad hoc y declarado por los obispos de la antigua Yugoslavia el 10 de abril de 1991.
Pese a esto los peregrinos han continuado a visitar al lugar de las "revelaciones marianas" en gran número.
Los seguidores del movimiento creado en torno a la pequeña población bosnia han sostenido, en su favor, que la Iglesia católica "no se ha expresado de forma definitiva" al respecto y esperan que El Vaticano ponga la última palabra.
La comisión, entre otras cosas, deberá dar líneas muy claras sobre cómo se debe regir el culto individual y comunitario en torno a Medjugorje, lo cual ha causado numerosas polémicas incluso entre los obispos de Bosnia.