Este curso es ofrecido por el programa internacional Inside-out, con sede en Estados Unidos, que busca ampliar los conocimientos de mujeres que cumplen una condena en prisión en materia de derechos humanos, feminismo, discriminación y estigmas sociales, entre otros.
Durante un semestre, alumnas de Sociología del CUCSH, de la Universidad Pedagógica Nacional (UPN), sede Guadalajara, y del ITESO, compartieron clase cada lunes con siete mujeres internas en Puente Grande, donde hicieron lecturas de teóricos latinoamericanos y analizaron algunos temas y estudios de caso.
La investigadora explicó que en las discusiones cada participante “se ponía frente a un espejo”, para reflexionar acerca de sus propias circunstancias y los motivos que las llevaron a estar en prisión o tomar el curso –en el caso de las estudiantes universitarias–.
El intercambio de realidad y contextos sociales hizo que las discusiones se enriquecieran y las estudiantes “rompieran muchos estereotipos y prejuicios”.
“¿Qué se sabe de la prisión además de la nota roja? Aquí todas éramos iguales aunque con sus propias dificultades, historias y contextos. Al programa no le interesa qué hicieron o cómo llegaron aquí. Lo que busca es romper simbólicamente con las fronteras de la prisión y establecer diálogos”, agregó.
Una de las estudiantes del penal, quien prefirió omitir su nombre, pidió a las autoridades de la UdeG, que siga ofreciendo estos cursos con el fin de aumentar el nivel educativo de las reclusas de Puente Grande, pues consideró que sólo con educación ellas podrán tener oportunidades para reinsertarse en la sociedad y salir adelante.
Durante la clausura del curso, otra estudiante dijo que una mujer que pasa por prisión es considerada como mala, porque contravino el papel que le corresponde como esposa o madre sumisa, dependiente y dócil. “Es un sentimiento que nos persigue desde que llegamos hasta que se van de prisión”.
Afirmó que las clases regulares que les ofrecen en el reclusorio, si bien las mantienen ocupadas y aprendiendo un oficio, sólo las vincula como mujeres con roles de género establecidos, y no brinda “roles reales para desarrollar un proceso de reinserción social”, que evite la reincidencia.
Por ello, este programa “puede ofrecer una alternativa al sistema penitenciario y disminuir la tasa real de reincidencia delincuencial en el país, así como reducir barreras sociales de exclusión”, expresó.
El programa fue implementado por primera vez hace un año por la doctora Danielle Strickland, profesora de la UPN y certificada por el programa Inside-out, quien posteriormente invitó a Fregoso Centeno a impartir el curso este semestre. La intención es abrir un nuevo grupo en el reclusorio, con alumnas internas y externas, para febrero de 2017, e impartir otro en el Parque Metropolitano, en Zapopan.