Nacida hace 50 años en Londres, en sus planes no entraba ser modelo, solo quería bailar y estudiar teatro hasta que una tarde de abril de 1985 se encontró con Beth Boldt, directora de la agencia de modelos Synchro, mientras paseaba por Covent Garden con sus amigas Suzanne Howard y Maxine Restall.
Tenía 15 años y debería haberse ido a casa después de salir de la escuela, pero Covent Garden le resultaba divertido. "Me gustaba parar allí de camino a casa", explica Campbell en "Naomi" (Taschen), una publicación que rinde homenaje a la extraordinaria carrera profesional de esta mujer empresaria, activista y provocadora.
"'¿Has pensado en ser modelo?', me preguntó Beth. Mi sorpresa y entusiasmo fueron inmediatos", cuenta la modelo en el libro, al tiempo que reconoce que si ella hubiera sido en ese momento la agente habría escogido a su amiga Maxine, una "modelo con un hermoso cabello largo y rubio".
Así comenzó la poliédrica carrera de Naomi Campbell, la primera supermodelo de raza negra, que no es solo la cara de la moda, sino la fuerza que conduce al cambio y a la creatividad, una auténtica diva con gran sentido del humor y mucha sensibilidad.
No sabía posar ni tenía idea de lo que estaba haciendo, pero actuaba con naturalidad delante de la cámara. "Como modelo quise que los fotógrafos me dijeran qué querían", explica esta top a quien le divertía ver cómo le retrataba cada uno de ellos.
Peter Lindbergh fue uno de los primeros en captar su imagen, tenía solo 16 años cuando la fotografió para una historia en la revista "New York Woman". "La mayor parte del tiempo sonreía y saltaba, fue divertido", cuenta Campbell en este libro que además de un texto autobriográfico cuenta con la experiencia de profesionales que han trabajado junto a ella.
"Me encanta fotografiar mujeres con personalidad, carácter y estilo. Esta es para mí la verdadera belleza. Naomi solo hay una", explica Lindbergh en este volumen que invita a viajar por los grandes hitos de la moda.
Original, con glamour y poder para acaparar miles páginas de revistas y periódicos de todo el mundo, Naomi Campbell fue la primera modelo de raza negra en aparecer en las portadas de "Time Magazine" y el "Vogue" francés.
"Cuando fui portada del Time, Gianni Versace llevó la revista a la pasarela y se la mostró a todos. Él entendió lo importante que era ese logro", recuerda la modelo.
Además de desfilar en París, Milán o Nueva York, ha sido imagen de cientos de campañas para Yves Saint Laurent, Marc Jacobs, Karl Lagerfeld o John Galliano, por quien siente un gran respecto. "Creo en John, eso es todo. Cuando alguien cae, no lo pateas, le ayudas a levantarse", asegura con determinación.
"Es como un caballo de carreras muy elitista", decía de ella el fallecido creador Azzedine Alaïa con quien Campbell tuvo una relación especial. "Era un genio, sus vestidos son como una segunda piel, te sientes sexy y femenina. Nada le hizo más feliz que ver a mujeres vistiendo su ropa".
"Nunca hemos visto nada igual. Una cosa es verla en foto y otra en movimiento, simplemente asombroso", señala Vivienne Westwood.
Su belleza hipnótica y su porte le han llevado a ser la musa de fotógrafos como Helmut Newton o Mario Testino. "Naomi me impresionó no solo por su belleza y elegancia, sino por su determinación para conquistar el mundo. Cada vez que trabajo con ella, conquista mi corazón y mi cámara. Es única", cuenta Ellen von Unwerth.
Junto a sus compañeras de los 90, entre ellas Cindy Crawford y Claudia Schiffer, Naomi Campbell definió el mundo de las supermodelos y personificó la nueva mujer, poderosa e independiente.
Pero fue con Linda Evangelista y Christy Turlington, sus dos grandes amigas, con quien formó la llamada "Trinidad" de la moda. "Nunca planeábamos nada. Después de los desfiles nos gustaba salir, era un decisión espontánea. Al día siguiente hacíamos la maleta y al siguiente trabajo".
A lo largo de los años aprendió mucho del negocio de la moda de la manos de Gianni y Donatella Versace. "También me enseñaron a correr riesgos", dice esta pantera negra, que recuerda a Karl Lagerfeld como diseñador muy curioso, "siempre preguntaba sobre la ropa que llevaba".
Como empresaria, su línea de perfumería sigue cosechando éxitos, y con su programa de televisión "The Face" ha confirmado un liderazgo que aprovecha para combatir el racismo en la industria de la moda, el SIDA, el ébola o el hambre. Además de implicarse en el papel de las mujeres en África o comprometerse ante desastres naturales.
Nelson Mandela, la llamaba su "nieta honorífica" y le inspiró a crear en 2005 el desfile benéfico anual Fashion for Relief.
"No creo que naciera bella. Solo creo que nací", concluye Naomi Campbell, que se caracteriza por no morderse la lengua y luchar por lo todo lo que cree.