Allí, el francés de 29 años muestra sus aventuras en más de 90 vídeos, entre los que aparece la preparación del Ha Long Bay, el velero que lleva por nombre el de un paradisíaco rincón vietnamita y con el que se encuentra dando la vuelta al mundo.
Tras finalizar la primera etapa de su largo viaje, Picard recibe a Efe en el barco del que es el segundo al mando, actualmente atracado en el Yacht Club de Punta del Este (Uruguay), de donde saldrá el miércoles 23 hacia Suráfrica.
El navegante no desaprovecha ninguna oportunidad para grabar vídeos, algo que comenzó a hacer cuando trabajaba en veleros de turismo, en los que tomaba imágenes para luego mostrar en su canal cómo era la vida de viajero.
Si bien el Ha Long Bay cuenta con un satélite, este es utilizado para asuntos de seguridad y para recibir informes meteorológicos, por lo que su material queda guardado hasta que llega a las distintas ciudades.
"Yo voy grabando y tal y cuando llego a puerto me pongo en el Wi-Fi y ahí puedo subir vídeos a Youtube", apostilla.
Durante la charla, el regatista cuenta algunas de las vivencias que tuvo durante los primeros días de navegación, en los que lo más complicado fue en las últimas tres jornadas por las tormentas y los rayos que debieron atravesar.
"Tenemos muchas cosas que hacer, paramos una semana después de un mes navegando, o sea que hay mucho por hacer", subraya el francés mientras arregla un winche junto a uno de sus compañeros.
"En esta etapa hemos llegado terceros, vamos a intentar quedar sobre esta dinámica la verdad, es una carrera larga", apunta.
Para esto, Picard deja en claro que lo fundamental es contar con una buena tripulación.
"Tenemos siempre que estar todos a tope, son barcos que son muy potentes así que hace falta mucha gente que sabe lo que hace para ir para adelante", afirma.
Además, cuenta que otras cosas imprescindibles son un cuchillo y cinta, los dos elementos que no dudó en nombrar al ser consultado por lo que no puede faltar y que, inmediatamente, saca de su bolsillo derecho.
Dentro de los desafíos que la tripulación del Ha Long Bay debe atravesar durante la Clipper Race, Picard reafirma la importancia de la convivencia en un barco que "no es tan grande".
También, cuenta que otro reto pasa por la comida, porque después de una semana las frutas y las verduras se terminan y allí aparecen los productos enlatados.
Sin embargo, el francés encuentra rápido una solución para eso: "Cuando llegas a puerto te vas a comer una buena carne", sentencia.
Respecto a su hora del día favorita para navegar, Picard apunta que el día y la noche "son muy diferentes".
"Las noches cuando hay luna es muy bonito, cuando hay noche oscura es mucho más difícil ubicarse", agrega.
Respecto de las bajas temperaturas, el deportista puntualiza que lo peor lo vivieron en las últimas tres jornadas antes de llegar a puerto; sin embargo, destaca que eso fue "un buen entrenamiento", porque en la próxima etapa, que unirá Uruguay y Sudáfrica, "sí que va a hacer frío".
Picard se encuentra junto al resto de tripulaciones en el balneario uruguayo de Punta del Este aguardando el momento de zarpar hacia Suráfrica en la siguiente etapa de esta vuelta al mundo a vela.
Mientras tanto, más de 70,000 personas esperan que el francés cargue nuevo material para poder seguir viendo de cerca sus aventuras en alta mar.