Carlos Arvizu, administrador de la Fundación, informó que la denuncia no se ha presentado debido a que las personas baleadas tuvieron que ser hospitalizadas de emergencia a causa de las heridas que sufrieron.
Además “porque las familias de los jóvenes tienen miedo a acercarse a las autoridades en tanto no tengan la seguridad necesaria para hacerlo”.
En un comunicado difundido a través de la página oficial de la Arquidiócesis de México, resaltó que “consciente de la importancia de que este tipo de actos de barbarie no deben quedar impunes, presentará en su momento la denuncia legal ante la autoridad correspondiente”.
De igual forma, reiteró su llamado a las autoridades para que garanticen la seguridad a las personas y organizaciones durante el traslado de víveres, “a fin de que nuestros hermanos afectados por los terremotos sigan recibiendo la ayuda necesaria”.
De acuerdo a los hechos, el grupo de jóvenes voluntarios católicos salieron de la Ciudad de México a bordo de tres camionetas pick-up para llevar ayuda a las comunidades de Oaxaca que resultados afectadas por el sismo.
Los voluntarios fueron interceptados en carretera por un grupo de hombres armados que, además de balearlos y robarles el contenido de los vehículos, agredieron sexualmente a una de las jóvenes.
También les quitaron sus teléfonos celulares y alrededor de 40 mil pesos que llevaban para hacer otras compras en la entidad oaxaqueña.
De inmediato, dos voluntarios del grupo que se dirigía a Juchitán y Tehuantepec fueron hospitalizados. El primero debido a que las balas le perforaron algunas arterias y comenzó a desangrarse, y el segundo “porque lo golpearon de una manera tan brutal que por poco le ocasionaban la muerte”, detalló Arvizú.