El inicio del proceso este lunes ocurre después de que a finales de octubre el juez Brian Cogan, de la corte federal para el distrito este de Nueva York, se negó a aplazarlo hasta principios de 2019, como quería la defensa, bajo el argumento de la gran cantidad de información enviada por los fiscales.
La selección del jurado, cuyos miembros permanecerán anónimos y parcialmente aislados por órdenes de Cogan, dado el historial violento del acusado, podría demorar varios días, después de los cuales el juicio continuará el 13 de noviembre para abordar las acusaciones.
Al hombre de 61 años, quien fue jefe del cartel de Sinaloa y estuvo entre los criminales más buscados del mundo, se le imputan 17 cargos, entre ellos tráfico de drogas y conspiración para asesinar a rivales; lavado de dinero y delitos con armas, por los cuales podría ser condenado a cadena perpetua.
Los fiscales dicen que Guzmán condujo despiadadamente uno de los cárteles de la droga más grandes del orbe e introdujo más de 200 toneladas de cocaína en Estados Unidos.
Sus abogados defensores, en tanto, desestiman tales reclamos al decir que son el testimonio de asesinos y traficantes de drogas, y sostienen que el detenido tuvo que esforzarse para pagar sus cuentas legales, aun cuando, según la fiscalía, ganó más de 14 mil millones de dólares con sus operaciones.
De acuerdo con el diario USA Today, la seguridad que rodeaba a el Chapo era tan fuerte que el puente de Brooklyn se cerró para transportarlo desde su celda de alta seguridad en Manhattan, hasta las audiencias previas al juicio.
El magistrado dijo que intentará desarrollar una logística alternativa para que la estructura no se cierre dos veces al día durante el proceso que podría durar cuatro meses.
Aun así, la corte será una fortaleza, rodeada por oficiales fuertemente armados y perros detectores de bombas, indicó la publicación.
En esta primera parte de la acción en los tribunales los fiscales y abogados de la defensa cuestionan a los potenciales miembros del jurado sobre temas con carga política, que incluyen las normas federales sobre narcóticos y las relaciones policiales entre Estados Unidos y México.
Se espera también que sean cuestionados sobre sus puntos de vista acerca de la legalización de las drogas, así como sus experiencias con el abuso de sustancias y crímenes violentos, señaló la televisora CNN.
El Chapo, quien ya había escapado antes de cárceles mexicanas, volvió a ocupar titulares en julio de 2015 al huir de su celda en la prisión federal de máxima seguridad del Altiplano, Estado de México, a través de un túnel de un kilómetro y medio de extensión.
Tras la huida hubo una persecución mundial que concluyó seis meses después con su recaptura en la ciudad de Los Mochis, Sinaloa.