El cuerpo del cura fue hallado en su dormitorio, degollado, atado de las manos y la boca con cinta adhesiva.
Tenía además lesiones hechas con un arma punzo cortante en el cuello y el pecho.
Con su asesinato suman 18 los sacerdotes muertos de forma violenta en los últimos cuatro años en México.
Fuente: Prensa Latina