Hay parámetros biológicos que se deben controlar, ya que en niveles elevados pueden ser perjudiciales para la salud, tal es el caso de la presión, el azúcar o el colesterol, por ejemplo.
Respecto a los dos primeros se debe controlar también que sus niveles no sean sumamente bajos, ya que una presión demasiado baja o unos niveles de azúcar escasos pueden provocar alteraciones en el metabolismo.
En el caso del colesterol, reducir las concentraciones del mismo que viaja por la sangre a través de las lipoproteínas de baja intensidad (LDL), llamado popularmente “colesterol malo”, se asocia a una incidencia menor de enfermedades cardiovasculares, infartos, ictus, entre otras.
En los últimos años se han dedicado muchos esfuerzos a crear medicamentos eficaces para bajar el colesterol a niveles casi indetectables; aunque también hay una tendencia más conservadora que evita prescribir estos medicamentos por miedo a que los pacientes lleguen a cifras demasiado bajas.
Lo anterior con el argumento de que esta sustancia es necesaria para el resto de tejidos y órganos, ya que ayuda a fabricar membranas celulares, hormonas, sales biliares, por mencionar algunos.
La institución académica dio a conocer en un comunicado que ante esta disyuntiva, el equipo de investigadores liderado por Lluís Masana, realizó una revisión de los datos que han aportado los estudios publicados en los últimos años.
La conclusión a la que llegaron es que no existe un límite a partir del cual el hecho de reducir el colesterol deje de ser beneficioso y se convierta en perjudicial, ya que el organismo cuenta con otras fuentes de colesterol y todas las células pueden sintetizar sin necesidad de obtenerlo del que hay circulando por la sangre con las proteínas LDL.
El equipo realizó un análisis en profundidad de datos a diferentes niveles: los valores muy bajos de colesterol que todo el mundo tiene al nacer, los de los grupos étnicos, los de personas con variantes genéticas que hacen que tengan cifras muy reducidas, los estudios metabólicos sobre el origen y destino del colesterol LDL.
Así como los estudios clínicos con medicamentos que bajan mucho este colesterol y el de enfermedades genéticas que impiden que el colesterol LDL llegue al resto del organismo.
Los resultados de este análisis permiten apoyar la estrategia médica en el tratamiento de pacientes que por sus enfermedades cardiovasculares se benefician de rebajar de forma drástica el colesterol.
Y al mismo tiempo que las bajadas muy importantes se acompañan de beneficios clínicos para los pacientes, por lo que ahora la evidencia científica pone de manifiesto que estos niveles bajos no comportan ningún riesgo para su salud.