El hallazgo sugiere que la función de inmunización y evasión de la VP35 puede ser un objetivo farmacológico potencial y podría servir para desarrollar una vacuna contra el virus del Ébola atenuado.
"Esta no es la próxima vacuna contra el virus del Ébola, pero este estudio demuestra que es posible generar virus del Ébola que pueden crecer en cultivos celulares e inducir respuestas inmunes fuertes al tiempo que suponen un riesgo menor para los científicos", dijo uno de los autores del análisis, Christopher Basler, de la Universidad estatal de Georgia (EE.UU.).
"Esos virus mutantes pueden ser útiles para un estudio seguro de muchas funciones del virus del Ébola", dijo.
El virus del Ébola es una enfermedad poco común pero grave y a menudo puede ocasionar la muerte en los humanos.
Hasta finales de 2013, había brotes esporádicos y aislados, especialmente en África central, pero entre ese año y 2016 una epidemia afectó a más de 28,000 personas y resultó en más de 11,000 muertos, con casos desde el oeste de África hasta Europa y EE.UU.
Hasta ahora no ha habido ningún tratamiento certificado que neutralice el virus, aunque hay varias terapias en desarrollo.
"La mayoría de las vacunas candidatas contra el Ébola solo expresan una única proteína viral, la glicoproteína, pero los pacientes que sobreviven a la infección desarrollan respuestas robustas de células T (un tipo de linfocitos) a otras proteínas virales", apuntó Basler.
"Esto sugiere que una posible vacuna candidata que exprese todas las proteínas virales podría causar una respuesta inmune más amplia y potencialmente más efectiva", añadió.
Basler y sus colegas de las universidades de Texas, California y de la Clínica Mayo de Minnesota desarrollaron un virus mutante que expresa todos los genes del virus del Ébola y tiene su misma estructura.
De esta forma, crearon un virus con tres mutaciones en la proteína VP35, que juega un papel importante en la evasión de las respuestas inmunes del organismo infectado.
La VP35 suprime la producción de las proteínas del sistema inmune conocidas como interferones e inhibe la maduración de las células dendríticas.
En la primera parte del experimento, los científicos inocularon a tres monos macacos con el virus mutado, lo que activó una reacción innata de inmunidad.
Después de 28 días los investigadores administraron a los monos dosis letales del virus de Ébola sin modificaciones: Dos de los monos sobrevivieron sin mostrar síntomas de la enfermedad, mientras que uno murió nueve días más tarde.
Luego, los científicos inocularon a cinco monos con dosis más altas del virus mutante, lo que causó una enfermedad leve a tres de ellos, pero todos sobrevivieron sin indicios del mal que pudieran detectarse clínicamente.