Lo que no sabías de la resistencia a la insulina en niños

Los niños y adolescentes que presentan en cuello o brazos manchas oscuras y gruesas, son rasgos visibles que se conectan con la resistencia a la insulina. En el seno familiar es un tema del que poco se habla por el desconocimiento que gira alrededor de este problema de salud que se presenta en el 90 por ciento de los casos de infantes obesos.

Por Dr. Melchor Alpizar Salazar
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Las probabilidades aumentan en población que oscila entre los 8 y 15 años de edad, porque de no controlar a tiempo el padecimiento, son candidatos para desarrollar diabetes mellitus tipo 2, así como problemas cardiovasculares (síndrome metabólico), incluso antes de entrar a su etapa adulta.

La resistencia a la insulina se caracteriza como una acción anormal de la insulina, ésta no metaboliza correctamente los niveles de azúcar (glucosa) en la sangre, de tal forma que se requiere más de esta sustancia; por lo que, el páncreas sigue produciendo insulina pero no en la cantidad adecuada para controlar los niveles de glucosa en el torrente sanguíneo.

Conforme avanza el tiempo, será mayor la cantidad de insulina que se requiera para que las células metabolicen la energía, lo que en consecuencia provoca que el páncreas deje de producir suficiente insulina para bajar los niveles de azúcar en sangre y que a la postre es muy probable desencadene en diabetes, aunado a otros problemas crónico degenerativos.

Atención médica

Los padres de familia juegan un rol preponderante para que esta situación se revierta, la recomendación inicial es que lleven a sus hijos con médicos de primer contacto, pediatras o especialistas para que diagnostiquen y establezcan el tratamiento adecuado para prevenir o controlar la resistencia a la insulina.

De acuerdo con la Guía de Práctica Clínica Atención Integral de la Obesidad en la Infancia y la Adolescencia del CENAPRECE de la Secretaría de Salud, la metformina está indicada en pacientes con resistencia a la insulina y síndrome metabólico. En el caso de los niños y adolescentes con un Índice de Masa Corporal (IMC) superior a 35 y en quienes han fallado las intervenciones de estilo de vida con anterioridad, se pueden beneficiar con el uso de la metformina.

Es importante mencionar que el apego al tratamiento farmacológico es clave, porque si bien en un adulto llega a ser complejo la toma diaria de sus medicamentos, por la dificultad de deglutir las pastillas o comprimidos, en el caso de un infante y sus padres, el reto es mayor.

En este sentido, es clave el rol que juega la ciencia médica y el trabajo en investigación clínica de organizaciones mexicanas como Laboratorios Silanes, quienes después de 5 años de desarrollo tecnológico, crearon la primera metformina solución para complementar nuestro trabajo en la práctica médica. Porque esta nueva forma farmacéutica de metformina solución nos ayuda a que los pacientes adultos mayores, niños y adolescentes tengan mayor adherencia al tratamiento, por su fácil dosificación líquida, los mililitros de su contenido son equivalentes a los miligramos de una tableta sólida; además de controlar la resistencia a la insulina y prevenir la diabetes.

Las últimas guías publicadas este año por la Asociación Americana para la Diabetes (ADA), indican que un niño con sobrepeso u obesidad, más dos factores como inactividad física y herencia genética[2], tiene 78 por ciento de probabilidades de desarrollar diabetes en un lapso de 10 años.[3]

Caminito a la escuela

Desayunar es uno de los principales alimentos que todos debemos ingerir durante el día, cuando despertamos hay órganos como el hígado que están esperando desayunemos para obtener energía y funcionemos bien en nuestra jornada.

Pero qué pasa si un menor no desayuna y sólo lleva su lunch, suceden dos cosas, primero: el hígado comienza a captar energía del mismo cuerpo, por ejemplo, de los músculos, lo que puede provocar debilitamiento. Segundo: cuando el niño ingiere su almuerzo a la hora del recreo, esos aminoácidos se regresan en forma de grasa, esto debido a que el hígado ya buscó energía por otro lado, en consecuencia el infante subirá de peso.

Alimentación balanceada y realizar actividad física son primordiales para mantener al pequeño en su peso ideal, pero si presenta algún trastorno metabólico, su médico será quien decida el tratamiento acorde a las necesidades del caso.