La mayoría de las escuelas patrocinadas por credos religiosos o privadas operan independientemente, sin que deban cumplir con los requisitos sobre alimentación del Departamento de Agricultura.
La obesidad afecta en Estados Unidos a unos 13.7 millones de niños y adolescentes y ha estado aumentando por más de cuatro décadas, señala el artículo.
Un equipo de investigadores del Colegio Christine E. Lynn de Enfermería, en la Universidad Florida Atlantic, encabezado por Anda Opalinski, llevó a cabo el primer estudio que examina las comidas que se sirven en esas instituciones y su relación con la salud infantil.
"Las comidas fuera de casa y los bocadillos se cuentan entre los muchos factores que contribuyen a la ingestión más alta de azúcar, grasa y calorías", dijo Opalinski. "En el caso de los niños el consumo de bebidas azucaradas y 'comidas rápidas' está asociado con la obesidad y el sobrepeso, y los factores de riesgo para enfermedades crónicas".
Las comunidades religiosas habitualmente ofrecen esas comidas durante celebraciones y en las labores diarias de jardines de infantes, escuelas, programas extracurriculares y deportivos.
"En ausencia de normas dietéticas, la práctica común de ofrecer comidas y el impacto potencial sobre la salud de los niños, las comunidades religiosas también son sitios donde los niños consumen comidas que no son caseras y, por lo tanto, deben considerarse dentro de los esfuerzos de salud pública para mejorar la nutrición infantil", añadió.
Los investigadores encontraron que en el 71 % de los casos los platos ofrecidos son del tipo de guiso en cacerola o comidas rápidas como la pizza y las pastas. Estas comidas tienen un promedio de 962 miligramos de sodio y 436 calorías, con un 36 % de estas suministradas por grasas y el 14 % por grasas saturadas.
La principal fuente de productos lácteos proviene de queso y las recetas con granos son el 29 % de las comidas, incluidos arroz, pasta y pan.
Los postres, ofrecidos en el 75 % de las celebraciones, contienen un 41 % de energía provista por grasas, con un 17 % de grasas saturadas y 22 gramos de azúcar añadida.
Los bocadillos ofrecidos en el 31 % de estos eventos contribuyeron con 165 calorías, en su mayoría de grasas, y 243 miligramos de sodio, y las bebidas azucaradas, servidas en el 71 % de las celebraciones, contribuyeron 28 gramos de azúcar añadida.