El informe redactado por la Oficina Forense de la provincia de Columbia Británica, en la costa del Pacífico canadiense, también acusó a las autoridades canadienses de falta de coordinación y lentitud a la hora de responder a temperaturas que alcanzaron la cifra récord de 49,6 grados centígrados.
El 98 % de los fallecidos murieron cuando se encontraban en el interior de sus viviendas, que en su inmensa mayoría no contaban con aire acondicionado, o ni siquiera ventiladores, ni estaban preparadas para proteger a los habitantes de las altas temperaturas.
Muchos vivían en vecindarios "social o materialmente desfavorecidos" y el 67 % de los 619 fallecidos eran mayores de 70 años mientras que un 56 % vivían solos.
El informe también reveló que muchos de los fallecidos comunicaron que las altas temperaturas estaban afectando su salud.
La ola de calor extremo del 25 de junio al 1 de julio causó un fenómeno meteorológico, llamado "cúpula de calor", sobre Columbia Británica consistente en un cúmulo de aire caliente en las capas altas de la atmósfera que puede afectar la presión y los vientos.
La "cúpula de calor" también provocó centenares de incendios. Pocas horas después de registrar la máxima temperatura registrada en la historia de Canadá, 49.6 ºC, la localidad de Lytton, de unos 250 habitantes y situada en el interior de Columbia Británica, quedó totalmente destruida por las llamas.
Este martes, el director médico de la Oficina Forense de Columbia Británica, el doctor Jatinder Baidwan, advirtió que en el futuro se producirán más olas de calor como la que la provincia canadiense sufrió hace casi un año y que es necesario que las autoridades estén preparadas para prevenir muertes.
Baidwan dijo que las alertas públicas de calor extremo deben tener claros protocolos para que no se retrase la respuesta de los servicios de emergencia, como sucedió en 2021.