Un estudio que publica este jueves The Lancet firmado por investigadores franceses recoge los resultados de dos años de pruebas del exoesqueleto, que permite al paciente dar pasos, aunque para ello el dispositivo está anclado al techo para poder guardar el equilibrio.
La revista publica un vídeo en el que se ve a un hombre de 28 años sujeto a un exoesqueleto de gran tamaño mientras camina a lo largo de una sala y también cómo puede girar un brazo y dirigirlo hacia un objeto.
Aunque los firmantes del estudio consideran estos primeros resultados "prometedores", señalan que el sistema "está muy lejos de la aplicación clínica" y "requerirá importantes mejoras" antes de que pueda estar ampliamente disponible", señala The Lancet en un comunicado.
Este nuevo exoesqueleto es "el primer sistema inalámbrico semiinvasivo de cerebro-ordenador diseñado para un uso a largo plazo para activar las cuatro extremidades", indica Alim-Louis Benabid profesor emérito de la Universidad francesa de Grenoble.
Hasta ahora, apunta, se habían usado "dispositivos de registro más invasivos implantados bajo la membrana más externa del cerebro, donde finalmente dejaban de funcionar".
El paciente que ha usado el nuevo dispositivo está paralizado desde los hombros y solo mantiene algún movimiento en el bíceps y la muñeca izquierda, lo que le permite usar una silla de ruedas eléctrica controlada con un "joystick".
El primer paso fue implantarle a cada lado de la cabeza, entre el cerebro y la piel, en las zonas que controlan el movimiento, dos dispositivos que traducen las señales cerebrales de los movimientos que piensa el paciente y envía órdenes al exoesqueleto para realizarlos.
A lo largo de 24 meses, tuvo que realizar diversas tareas mentales para entrenar al algoritmo para que comprendiera sus pensamientos e ir aumentando el número de movimientos que podía realizar y además usó un avatar virtual que le ayudó, entre otras cosas, a saber cómo dirigir los brazos en diferentes direcciones y orientaciones de forma simultánea.
El neurocirujano del Hospital Universitario de Grenoble Stephan Chabardes detalla que esto puede ser un paso más para "ayudar a los pacientes tetrapléjicos a mandar ordenadores solo con su actividad cerebral, en lugar de usar 'joysticks', tal vez comenzado a usar sillas de ruedas con la actividad cerebral".
Por el momento, otros tres pacientes han comenzado a usar el nuevo sistema y el próximo objetivo es resolver el problema de permitir a la persona caminar y guardar el equilibrio por sí misma, sin tener que usar el sistema de suspensión desde el techo.