En un comunicado, el jefe del servicio de Urgencias del Hospital de Especialidades del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) en Jalisco, Ramón Iván de Dios Pérez, explicó que el humo de cigarro, al ingresar al cuerpo, genera una inflamación o irritación permanente.
“Esto vulnera al aparato respiratorio ante virus y bacterias característicos de la época de frío, como el resfriado común, pero que puede derivar en una neumonía si no se tienen los cuidados necesarios, entre ellos, evitar el tabaquismo”, dijo.
Detalló que esta adicción debilita la función del sistema respiratorio, puesto que se pierde la flexibilidad y por lo tanto la capacidad de los pulmones para recibir oxígeno.
Cuando al daño crónico causado por el tabaco se suma la enfermedad respiratoria, la persona no sólo va a tener más dificultad para realizar sus actividades diarias por falta de aire, sino que además tendrá más probabilidades de requerir atención médica especializada, por la gravedad que pueda alcanzar su cuadro, con pronóstico reservado.
“Los daños causados por el tabaquismo son irreversibles y progresivos, y no sólo derivan en enfermedades respiratorias, sino también en cardiovasculares. Llega un punto en el que ponen en peligro la vida y los pacientes presentan más complicaciones”, apuntó.
De Dios Pérez sugirió atender síntomas iniciales de patologías más graves como la enfermedad pulmonar obstructiva crónica, ya que esta puede ameritar que la persona dependa de un tanque de oxígeno domiciliario.
Citó que hay tos con flema, agitación al caminar distancias que antes se recorrían sin problema, uñas, orejas y punta de la nariz de color violáceo, dedos en forma de “palillo” o “baqueta” de tambor”, en donde los dedos crecen de manera irregular.