El dispositivo es una diadema de computador que se pone en la sien y envía impulsos cerebrales a los menores con TDAH, por medio de un sistema de iluminación led que alumbra cuando se están enviando ondas eléctricas.
El artefacto se conecta a una caja, la cual funciona como un estimulador provisto de un oscilador encargado de aplicar una corriente de 400 microamperios a través de dos electrodos de carbón; todo el sistema funciona con baterías recargables, de acuerdo con un comunicado de la U.N.
Laura Mariana León indicó que el dispositivo aumenta la capacidad que tiene la estructura cerebral para modificarse con el aprendizaje, por lo cual contribuye a que la persona se concentre en la actividad que está realizando.
“Tener déficit de atención implica que las neuronas presentan defectos; por eso se busca que con este dispositivo los efectos de dicho trastorno se minimicen y los niños dejen de tomar medicamentos para controlarlo”, afirmó.
El TDAH dificulta la concentración de los niños a la hora de realizar tareas, prestar atención durante un tiempo determinado, estarse quietos y controlar su comportamiento impulsivo.
Según la Fundación Instituto Neurológico de Colombia, las causas de una conducta inapropiada y una atención dispersa son múltiples: familiares, sociales, ambientales y de salud.
Aunque se desconoce la causa puntual, se ha aceptado que tiene una fuerte contribución genética, o de herencia, y que también se presenta en casos de bebés prematuros o que presentan bajo peso al nacer.
La estudiante aseguró que el TDAH se ve marcado en el periodo de aprendizaje de escritura y lectura, entre los seis y 15 años, por ello probaron el prototipo con un niña de nueve años con este trastorno y una dislexia muy marcada (alteración en la capacidad de leer y confusión en el orden de letras, sílabas o palabras).
La prueba consiste en realizar una sopa de letras con aquellas que la niña tiene más dificultad (b y d, por ejemplo), antes de hacer la neuroestimulación, que tiene una duración de 10 a 15 minutos.
Al terminar, a la niña se le puso en su cabeza el dispositivo durante 15 minutos, tiempo en el cual se hizo una actividad que le gustaba, después se le retiró el prototipo y se realizó una nueva prueba para mirar la efectividad del proceso.
“Con el paso de los días se le fue aumentado el número de palabras con las letras de la práctica. Después de 20 días de realizar tales ejercicios, se comprobó que realizaba la misma prueba en la mitad del tiempo, es decir en cinco minutos”, señaló.
Para revisar la efectividad de las pruebas y del prototipo, inicialmente se hace todo el proceso en 20 días como prueba, para determinar la evolución que se tendrá a lo largo del tiempo.
Actualmente, Laura Mariana León realiza pruebas gratis a los estudiantes que presenten el trastorno, para así evaluar su efectividad y ayudar a muchas más personas que lo necesiten.
Además, ofrecerá el servicio a centros hospitalarios y médicos para que el prototipo se conozca y sea utilizado por más personas.