Ramón Rojo López, director de la Unidad de Medicina Familiar 39 del IMSS en Tecate dijo que es un padecimiento neurobiológico que se caracteriza por un déficit que provoca alteraciones sumamente difusas en el proceso del desarrollo de los seres humanos.
El especialista del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), señaló que desde el nacimiento, se pueden advertir ciertas anomalías como la falta de socialización y el desapego materno.
Algunos de los principales signos del autismo son la alteración de la comunicación, la interacción social, conducta restringida y repetitiva.
Anotó que los niños autistas parecieran no escuchar, tienen obsesión por los objetos, muestran total desinterés en relaciones sociales y no se inquietan cuando mamá lo deja solo.
Asimismo, registran problemas para hablar, establecer vínculos emocionales y afectivos con quienes los rodean o para ver a los ojos a quien les habla debido a que sienten mayor atracción por los objetos, que por las personas.
Señaló que las intervenciones tempranas de conducta, cognición y habla pueden ayudar a los niños con autismo a ganar habilidades de autocuidado, sociales y comunicativas.
Estos se obtienen a través de tratamientos de estimulación y terapias de lenguaje para mejorar su calidad de vida.
Anotó, se logra una mejor integración del menor a la sociedad, ya que se le dan herramientas para que aprender a controlar sus conductas de impulsividad, aislamiento, agresividad o retraimiento.
Reiteró la necesidad de que al detectar algún síntoma, acudir a una Unidad de Medicina Familiar (UMF) para recibir orientación y diagnóstico antes del primer año de vida a fin de lograr avances reales, lo que no ocurre cuando se detecta de manera tardía.
Destacó que no se trata de un retraso mental, sino de algunas minusvalías, desarrollo lento, limitado o desviado en los menores, por lo que el principal manejo del autismo son las terapias psicosociales.
Resaltó que el IMSS ofrece un manejo integral de este padecimiento con un equipo multidisciplinario de especialistas o referencias a niveles de atención más elevadas, con el objetivo de mejorar la calidad de vida de los menores y su familia.