El pasado viernes, el gobernador de California, Jerry Brown, declaró estado de emergencia por el brote de la enfermedad que se ha dado en especial en esta ciudad fronteriza californiana.
La proclama del gobernador permite al estado la compra de vacunas directamente de fabricantes y de su distribución sin tantos trámites burocráticos.
California ha estado experimentando la epidemia más grande de hepatitis A en Estados Unidos transmitida de persona a persona, en lugar de alimentos contaminados desde que la vacuna se hizo disponible en 1996.
En el estado se han reportado 576 casos, incluidos 490 en el condado de San Diego y 71 casos en el condado de Santa Cruz, en el norte de la entidad, y de esos 386 han sido hospitalizados, incluidos 342 en San Diego y 33 en Santa Cruz.
El congresista Darrell Issa llamó al gobierno federal a proveer fondos de emergencia para contener la epidemia tras asegurar que los números reportados hasta ahora han triplicado la cifra de casos detectados en 2015.