Acompañado por la próxima secretaria de Reforma Agraria, María Luisa Albores González, organismos campesinos, empresarios, expertos en el tema, López Obrador comentó que el rescate al campo se hará a partir de la conciliación, la armonización de intereses, con la participación de todas y de todos y bajo el criterio del interés nacional, sin dogmas ni cargas ideológicas, sino con racionalidad y juicio práctico.
Tras invitar a los mexicanos y la mexicanas a salvar al campo, para salvar a México, el precandidato presidencial expuso que fracasó la política aplicada en los últimos años para el sector agropecuario y pesquero ha resultado un rotundo fracaso, porque en el marco del neoliberalismo, desde 1983, se inició el abandono de la actividad productiva en el campo.
Además, señaló “de manera simplista e irresponsable se decidió que en un mundo globalizado se podrían comprar alimentos y materias primas baratas en el extranjero y que no era necesario que el Estado promoviera el desarrollo del sector agropecuario y pesquero.
“A partir de esta concepción neoliberal, los tecnócratas redujeron subsidios, eliminaron aranceles, permisos previos de importación y dejaron de considerar necesaria la inversión pública destinada al sector agropecuario. En otras palabras, dejaron sin protección a los productores y desmantelaron toda la política de fomento productivo”, recordó al encabezar el foro Rescate al Campo y la Soberanía Nacional.
Los efectos de la apertura comercial se agravaron con la drástica disminución de la inversión pública destinada al sector agropecuario, se redujo hasta casi desaparecer el crédito comercial y el de la banca de desarrollo. Por si esto fuera poco, el sistema de precios de garantía para los productos básicos fue eliminado con el pretexto de que era una política agrícola anticuada, aunque en Estados Unidos se mantiene bajo la forma de "ingreso objetivo" para garantizar los precios de maíz, trigo, soya, arroz, sorgo y otros, enumeró.
Mencionó que los resultados de esta otra guerra han sido desastrosos: se redujo la superficie de cultivo agrícola; se abandonaron potreros; disminuyó el hato ganadero; se perdieron empleos rurales; creció la emigración como nunca; se despobló la mitad los municipios del país y aumentó la pobreza, la inseguridad y la violencia en todo el territorio nacional.
“Habría que agregar que ahora es mayor la dependencia alimentaria. Por ejemplo, en los últimos quince años, se incrementaron 400 por ciento las importaciones, para lo cual se erogaron alrededor de 180 mil millones de dólares”, comentó
Andrés Manuel López Obrador puntualizó que en 1980, antes de la conversión neoliberal, el país importaba 27 por ciento del consumo nacional de arroz, en 2010 adquirimos en el exterior 75 por ciento; en cuanto al maíz, las importaciones pasaron del 17 al 25 por ciento; traíamos de fuera 10 por ciento de trigo y ahora 42 por ciento. De 1990 a 2010, la importación de carne de bovino en canal se incrementó 281 por ciento, la de huevo, 185 por ciento, la de ave, mil 35 por ciento.
Señaló que es cierto que la agricultura de exportación ha crecido, pero no ha sido suficiente para compensar el incremento creciente de las importaciones en alimentos y materias primas. Baste decir que el déficit en la balanza comercial agroalimentaria pasó de 694 millones de dólares anuales, en el periodo 1980-1982, a 6 mil millones de dólares por año en el trienio 2007-2009.
Recordó que hay que recordar que por cada dólar en alimentos que México importa, no sólo transfiere al exterior divisas escasas que podrían utilizarse para otros fines, sino que perdemos capacidad productiva y empleos rurales, se reducen los ingresos campesinos y aumenta la pobreza. “Más aún, dejamos de aprovechar efectos multiplicadores de la actividad agropecuaria sobre la producción, el empleo y la inversión en otras ramas de la economía”, sostuvo.
El precandidato presidencial expresó que es indispensable y urgente cambiar la actual política agropecuaria, “orientando todos nuestros esfuerzos y recursos a la obtención de la soberanía alimentaria, es decir, que podamos producir en México lo que consumimos”.
Para el rescate del campo hizo puntualmente los siguientes compromisos:
1. Habrá respeto a las tres formas de tenencia de la tierra: la comunidad, el ejido y la pequeña propiedad.
2. Se llevará a la práctica un programa integral de fomento al sector agropecuario que contemple, al mismo tiempo, el fortalecimiento de la producción de autoconsumo, la destinada al mercado interno y la de exportación. Una agricultura de exportación, de calidad, de rango mundial, no debe contraponerse a una agricultura fuerte para el mercado interno. Nuestra experiencia histórica así lo demuestra: desde 1940 hasta 1960 las exportaciones agropecuarias generaron más de la mitad de las divisas que ingresaron a México por la exportación total de mercancías; y al mismo tiempo, el campo mexicano cubrió satisfactoriamente las demandas de alimentos y materias primas para el país.
3. Se promoverá el fortalecimiento de la economía de autoconsumo comunitaria y regional. El rescate del campo supone revalorar la importancia de la unidad de producción campesina. Tomemos que en cuenta que estas unidades de producción han abastecido por siglos los mercados regionales y han permitido el sustento, durante muchas generaciones, de integrantes de comunidades y pueblos.
Para ello, se otorgaran créditos a la palabra para la compra de semillas, animales, materiales de trabajo, insumos y todo aquello destinado a mejorar tecnologías tradicionales e incorporar nuevas tecnologías que permitan mejorar la productividad sin afectar el medio ambiente. La idea es fortalecer, desde abajo y con la gente, la economía integral de las familias campesinas. Con este propósito, se convocará a una gran cruzada nacional en favor del campo incorporando a la actividad de promoción para el desarrollo social y a la extensión agrícola a más de 20 mil agrónomos desempleados o subocupados o que trabajan en actividades no relacionadas con su profesión o en la economía informal.
En todo esto prevalecerán criterios de verdadera solidaridad y servicio social.
4. Para fomentar la producción destinada al mercado interno se resolverá el problema de la falta de créditos. Se impulsará la banca de desarrollo, habrá subsidios directos a productores; precios de garantía para granos básicos y se restablecerán sistemas de acopio, transporte y comercialización. Todo ello, a partir de un programa integral orientado a lograr la autosuficiencia alimentaria.
5. Se apoyarán las actividades agropecuarias de alta densidad económica para su exportación. Me refiero a cultivos como el café, el aguacate, las hortalizas y muchos otros. En todos estos casos, habrá apoyo para el uso de tecnologías de punta no peligrosas para seres humanos, ni para el medio ambiente. Asimismo, se facilitarán los procesos de comercialización hacia el extranjero. Aquí abro un paréntesis para hacer el compromiso de revisar el funcionamiento del retén ubicado antes de llegar a Santa Ana, Sonora, donde se pierde mucho tiempo en la revisión de vehículos que transportan hortalizas y otros productos agrícolas de Sinaloa y Sonora hacia los Estado Unidos. Lo mismo haremos en otros puntos de revisión del país y en las aduanas.
6. Se hará una revisión a fondo de todos los programas gubernamentales en vigor como PROCAMPO y alianza para el campo y otros, con el propósito de impedir desvíos de recursos, despilfarro, corrupción y que estos apoyos lleguen a los productores y sean realmente instrumentos de fomento al sector agropecuario.
7. Se invertirá en infraestructura rural con miras a aprovechar nuestro potencial de superficie irrigada, mejorar la utilización del agua en los actuales distritos y unidades de riego. Asimismo, se van a construir caminos rurales y otras obras de infraestructura que permitirán generar empleos y reactivar la economía local y nacional.
8. Será prioritario impulsar la investigación científica destinada al sector agropecuario. Se dará atención especial al Instituto Nacional de Investigaciones Forestales, Agrícolas y Pecuarias (INIFAP), el Centro de Investigación y Estudios Avanzados (CINVESTAV) y otros, así como las universidades agropecuarias, prestando atención a las diversas opciones tecnológicas. La innovación productiva en los predios agrícolas, seria estimulada con incentivos y un sistema eficiente de extensionismo agropecuario y forestal.
9. Se luchará por la conservación y el mejoramiento del medio ambiente fomentando en la sociedad una conciencia ecológica que reconcilie a las personas con la naturaleza; se ha de promover el cuidado de nuestra biodiversidad, en especial la flora y la fauna que se encuentran en vías de extinción e introducir incentivos para el aprovechamiento racional de los recursos naturales y el desarrollo ambiental.
En este aspecto, es menester dar gran impulso a los cultivos orgánicos e inducir, en la medida de lo posible, la reducción del uso de agroquímicos.