"Si cuando llegue el 17 de octubre no se ha encontrado aún ninguna solución esta situación podría como mínimo hacer tambalear seriamente los mercados monetarios internacionales o incluso llegar a paralizarlos", declaró Lipton. "Además, existe entre otros el peligro de que no puedan hacer frente a la deuda estatal", agregó.
"Por ello insistimos a Estados Unidos para que encuentre una solución sólida y que no haga siempre política al borde del precipicio para reaccionar al final bajo una enorme presión", afirmó a tan sólo dos días del límite para evitar que Estados Unidos entre en suspensión de pagos.
Si Estados Unidos entra en cese de pagos, no sólo se verá afectado el pago de intereses por su deuda sino también el de las pensiones y de los trabajadores del sector de servicios, así como de partidas destinadas a la asistencia médica de ancianos, discapacitados y personas con ingresos bajos.
El número dos de Christine Lagarde señaló que podría acarrear también problemas en los mercados financieros al sembrar la duda sobre la solvencia del país.
La deuda estatal de Estados Unidos se encuentra entre las principales inversiones en los mercados de capital. China se alza como el mayor acreedor de Estados Unidos.