"La economía brasileña se está recuperando gradualmente tras el frenazo que comenzó a mediados de 2011, y el consumo se ha mantenido resistente el pasado año apoyado en el bajo desempleo y la subida en los salarios reales", indicó el FMI en la nota de prensa que acompaña la revisión anual.
No obstante, el Directorio Ejecutivo del Fondo recomendó ahondar en las reformas para "aliviar las rigideces" por el lado de oferta, como "el reciente programa de concesiones del gobierno que impulsará la inversión y aliviará los cuellos de botella en infraestructura".
"Los esfuerzos integrales para incrementar la productividad, la competitividad y la inversión son críticos para aumentar el potencial de crecimiento", agregó el organismo internacional.
En sus últimas previsiones económicas para Brasil, sexta economía mundial y primera de América Latina, el Fondo pronostica un crecimiento del 2.5 por ciento para 2013 y del 3.3 por ciento para 2014.
El FMI subrayó también que la política monetaria de Brasil "debe mantenerse enfocada en la contención de las presiones inflacionarias y anclar las expectativas de inflación".
Asimismo, reconoció la depreciación del real en el último año, aunque "lo vinculó a un tendencia general de reubicación dentro de los mercados emergentes".
Por ello, afirmó que "el tipo de cambio flexible sigue siendo el principal amortiguador de choques en periodos de turbulencia financiera, y dio la bienvenida a la intención de las autoridades de limitar las intervenciones en el mercado de divisas para moderar un exceso de volatilidad".
Finalmente, el FMI respaldó la fortaleza del sistema bancario, pese a que "existen algunos riesgos", como "los asociados al crédito doméstico y los préstamos hipotecarios".