Aunque no hubo lesiones la pasada noche, 71 agentes del Servicio de Policía de Irlanda del Norte (PSNI) han resultado heridos desde que el viernes una marcha de la Orden de Orange desembocara en violencia en el norte y este de la capital, al comienzo de la tradicional temporada de desfiles protestantes.
Según informa hoy "The Irish Times", el vicepresidente estadounidense, Joe Biden, se puso este martes en contacto con el Gobierno norirlandés para expresar su preocupación por la violencia callejera que azota la provincia británica.
Al parecer, Biden habló por teléfono con el ministro principal norirlandés, el unionista Peter Robinson, y su adjunto en el Ejecutivo de poder compartido entre católicos y protestantes, el nacionalista Martin McGuinness.
Durante la sesión de hoy en la Asamblea, los diputados estudiarán una moción presentada por el mayoritario Partido Democrático Unionista (DUP) que pide respeto hacia las tradiciones de la comunidad protestante y critica la decisión adoptada por la Comisión de Desfiles, el órgano que decide las rutas de las marchas.
La Comisión decidió la pasada semana vetar el paso de una marcha de la Orden de Orange por el barrio católico de Ardoyne, al norte de Belfast, lo que llevó a numerosos jóvenes protestantes a enfrentarse con el PSNI.
Ante la gravedad de la situación el PSNI se verá reforzado con efectivos de las fuerzas del orden de Gran Bretaña para hacer frente a los disturbios.
El "número dos" del cuerpo, William Kerr, ha calificado de "casi animal" el comportamiento de los manifestantes, que han atacado a los agentes con cócteles molotov, espadas, piedras, ladrillos y otros objetos contundentes.
Como cada año, la Orden de Orange marcha por las calles de la provincia para conmemorar la victoria del rey protestante Guillermo III de Orange sobre el católico Jaime II en la batalla del Boyne en 1690, desfiles que, a menudo, atraviesan zonas nacionalistas católicas. (EFE)