La reforma, que aprobó la Cámara de Diputados y envió al Senado para su discusión y eventual aprobación, coloca al país a la vanguardia en el marco de la protección de las garantías y derechos humanos.
Sin embargo, aclaró que “todas estas virtudes de la nueva Ley de Amparo no tendrían sentido si no pensamos en el ciudadano, en la persona que va a utilizar esta herramienta” y aseguró que su bancada tuvo como centro de sus trabajos al ciudadano.
Recordó que antes de la aprobación de dicha Ley, los ciudadanos contábamos con una legislación en materia de amparo con 76 años de antigüedad, la cual, explicó, “era insuficiente para enfrentar nuestra nueva realidad social en el ámbito jurídico en la protección de los derechos de los gobernados”.
El pasado martes 12 de febrero, el Pleno de la Cámara de Diputados aprobó con modificaciones la nueva Ley de Amparo y regresó la minuta al Senado de la República para su ratificación.