La pena dictada contra Genoino sigue a la anunciada hoy contra el exministro de la Presidencia José Dirceu, condenado a diez años y diez meses de prisión por los mismos delitos de corrupción activa y asociación ilícita.
El caso se refiere a una red de financiación ilegal de campañas y de sobornos a diputados que el PT, según comprobó el tribunal, tejió a partir de 2002, cuando Lula ganó por primera vez las elecciones presidenciales, sin mayoría parlamentaria.
Genoino, exguerrillero y uno de los fundadores del PT, junto con Lula, tuvo como presidente de esa formación una "actuación activa" en la red de corruptelas y participó en las negociaciones mediante las cuales fueron "comprados" los dirigentes de cuatro partidos, sobornados a cambio de su apoyo al Gobierno de Lula en el Congreso.
El expresidente del PT, una de las figuras más respetadas en la izquierda brasileña junto con Dirceu y el propio Lula, cumplirá su pena en un régimen semiabierto, que le obligará a dormir en la prisión durante el tiempo establecido por el tribunal.
En el caso de Dirceu, condenado a diez años y diez meses, el cumplimiento será en régimen de reclusión, que la ley brasileña establece para todo reo sentenciado a más de ocho años de cárcel.
Además de Dirceu y Genoino, el Tribunal Supremo tiene previsto sentenciar hoy al extesorero del PT Delubio Soares, culpable de los delitos de asociación ilícita y corrupción activa.
Estas son las primeras penas de prisión aplicada a políticos en el llamado "juicio del siglo", que tuvo un total de 37 acusados, de los cuales 25 han sido considerados culpables.
Hasta hoy, la corte ya había sentenciado a 40 años y un mes de cárcel al publicista Marcos Valerio Fernandes, quien puso dos de sus empresas al servicio de la red de corrupción del PT.
Asimismo, fueron condenados Ramón Hollerbach y Cristiano Paz, dos de los socios del publicista, quienes respectivamente recibieron penas de 29 años, siete meses y veinte días y 25 años, once meses y veinte días de cárcel.
En la sesión de hoy, los jueces también establecieron en doce años, siete meses y 20 días de cárcel la pena aplicada a Simone Vasconcelos, una de las antiguas directoras de las empresas de Fernandes, y dejaron pendiente el caso de Rogerio Tolentino, otro de los socios del publicista.