"La agenda del cambio ya no puede frenarse ante las restricciones que nos impone la realidad de hoy (...) hay que ir más allá y eliminar o cuando menos atenuar dichas restricciones; este será el gran mandato del nuevo gobierno", afirmó Gurría ante un grupo de empresarios mexicanos.
Una vez que el Tribunal Electoral avale o invalide las elecciones del 1 de julio pasado, comenzará un periodo de tres meses con un Congreso en funciones "en que se puede y se debe iniciar el proceso para lograr los acuerdos, ya sea por consenso o, si esto no fuera posible, por mayoría, para promover la agenda de cambio que hemos esbozado", dijo.
El titular de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) recordó que el principal desafío de México es superar el bajo crecimiento económico que ha sido de 2.8 por ciento en los últimos 15 años con una renta per cápita de sólo 1.4 por ciento, mientras que la productividad se redujo 1.4 por ciento.
Destacó que según la OCDE, México es capaz de elevar su crecimiento económico "a cerca de 4 por ciento, en contraste a un 3 por ciento actual", aunque sólo se logrará mediante "un programa moderado" de reformas que alienten la productividad.
Recomendó a México impulsar las reformas estructurales que permitan cambiar la estructura de los incentivos económicos para promover la competencia, la apertura y la productividad.
Enumeró diversas propuestas de reforma, empezando por un profundo cambio fiscal que elimine la dependencia de los ingresos petroleros, que amplíe la base de recaudación del IVA y el ISR, elimine los subsidios regresivos, simplifique el régimen tributario y eleve la capacidad recaudatoria de los estados y municipios.
Además, sugirió elevar el gasto social, que excluyendo la educación representa alrededor de un tercio del promedio de los países de la OCDE, es decir 7.5 por ciento contra 21 por ciento del PIB.
También insistió en la necesidad de modificar la legislación laboral para hacerla "más moderna, incluyente y equilibrada", que agilice la contratación y despido, con libertad y transparencia sindical y con planes de protección al desempleo.
Asimismo, se pronunció por elevar la productividad mediante el impulso a la educación y capacitación, y lograr un sistema educativo de vanguardia.
También por impulsar el desarrollo de la tecnología como un factor determinante para impulsar la productividad, y crear un sistema nacional conectado a las cadenas productivas globales que facilite la comercialización de la investigación pública y promueva incentivos para la innovación empresarial.
Abogó por aprobar una reforma energética con una visión intergeneracional que promueva un consumo y producción eficientes y contemple mayores niveles de inversión privada en la extracción de petróleo en aguas profundas y en la exploración de yacimientos.
Gurría insistió en la necesidad de garantizar la competencia y la certidumbre jurídica, así como combatir la corrupción que debilita la recaudación de impuestos y frena la aplicación de los cambios inaplazables.
Finalmente, ante los reclamos de la izquierda que pide anular las elecciones presidenciales, Gurría se sumó a las voces que exhortan al respeto de la voluntad popular expresada en los comicios y al dictamen que emita en los próximos días el Tribunal Electoral sobre este proceso.