La Comisión Europea (CE) destacó hoy que el consumo de internet entre los europeos sigue creciendo, especialmente a través de los teléfonos móviles, pero subrayó que es necesaria más inversión y reformas estructurales de manera urgente para satisfacer esa demanda en los próximos años.
"Los europeos están hambrientos de más tecnologías y opciones digitales, pero los gobiernos y la industria no están siguiendo su ritmo", lamentó en un comunicado la vicepresidenta de la CE y titular de la Agenda Digital, Neelie Kroes, tras publicar Bruselas un informe anual sobre el uso de las tecnologías de la información y la comunicación en Europa.
El estudio señala que el 95 por ciento de los europeos ya tiene acceso fijo a internet a través de banda ancha y que el uso de internet móvil ha aumentado un 62 por ciento (hasta los 217 millones de suscripciones a conexiones de banda ancha móvil), según los datos de 2011.
En cambio, la Comisión teme que este ritmo de crecimiento se vea frenado por unos modelos de negocio "anclados en el siglo XX" y por la "complacencia" de la industria, que impedirían alcanzar los retos de la agenda digital europea para 2020: que todos los ciudadanos tengan una conexión a internet de al menos 30 megabytes por segundo (Mbps) y, al menos la mitad de los hogares, de más de 100 Mbps.
Entre otras medidas, Bruselas pide que las compañías de telecomunicaciones sigan bajando los precios por el uso del móvil en otros países de la UE ("roaming") para aproximarlos a las tarifas nacionales, o que los países armonicen más el precio de los servicios de banda ancha (en especial la tarifa que los operadores tradicionales imponen a los alternativos por acceder a sus redes).
Según los resultados del informe, en 2011 el 48.4 por ciento de las líneas fijas de banda ancha en la UE contaban con una velocidad de, al menos, 10 Mbps, una media que superó España al llegar al 53.8 por ciento (en 2010, esas líneas sólo representaban el 33.5 por ciento del total).
En cambio, por lo que respecta a las líneas "ultrarrápidas" (de al menos 30 Mbps), éstas sólo representaron el 8.5 por ciento en la UE y el 6.4 por ciento en España (en 2010, el 5.1 por ciento y el 1.6 por ciento, respectivamente).
La Comisión también destacó la extensión de la cobertura de banda ancha en las zonas rurales, donde ya llega al 95.3 por ciento de los europeos (en España, al 99 por ciento de la población rural).
Por lo que respecta a la penetración de la banda ancha móvil, en la UE había 8.1 líneas en 2011 por cada cien personas y, en España, 6.6 líneas.
Además, la cobertura de 3G en España llegó al 93 por ciento de la población, por encima de la media europea (89.9 por ciento), en tanto que el 12.1 por ciento de los españoles utilizó este tipo de conexión rápida para acceder a internet a través de su teléfono móvil (el 11.8 por ciento de los europeos).
El uso de las redes sociales también continuó creciendo en 2011, cuando las utilizaba el 52.9 por ciento de los internautas europeos (el 52.3 por ciento de los españoles).
Uno de los peores resultados que destacó la CE fue el estancamiento del uso del comercio electrónico por las pymes (sólo el 12.4 por ciento de las europeas y el 10.7 por ciento de las españolas vende sus productos en línea), así como el de las compras por internet transfronterizas (el 58 por ciento de los europeos compra en la Red pero sólo uno de cada diez lo hace en una web de otro Estado miembro).
El informe también muestra que cerca de la mitad de los trabajadores europeos no tienen conocimientos suficientes en informática o internet como para encontrar un nuevo trabajo, y que el 25 por ciento no tiene ninguna formación en ese campo.