"Dado que la COP27 va a discutir la adaptación global a los retos climáticos, es esencial que la dimensión local sea tomada en cuenta en la definición de los objetivos", remarcó Cordeiro en un discurso virtual durante la Conferencia de Comunicación Pública Europea, dedicada este año a la comunicación de temas climáticos.
El Comité de las Regiones está alineado con el objetivo de la UE de lograr las cero emisiones contaminantes en 2050 pero, en concreto, reclama más poderes y un mayor protagonismo para los gobiernos subestatales para afrontar la transición verde, cosa que reivindicarán con una delegación especial en las negociaciones internacionales de la COP27, que tendrá lugar en Egipto.
"Las regiones y las ciudades están en la primera línea del frente cuando se trata de amortiguar la carga de las facturas de la energía sobre los hombros de las personas, restaurar la biodiversidad, construir comunidades sostenibles o prepararlas para futuras emergencias climáticas", destacó.
Cordeiro avisó de que "el éxito de la transición verde depende de la implicación de los actores regionales y locales" y enumeró una serie de proyectos sostenibles impulsados por estas autoridades en la UE para afirmar que, en su opinión, las historias locales son una "herramienta clave para comunicar la acción climática".
"Con estas historias (locales) podemos demostrar que la acción climática reduce la contaminación del aire en los puestos donde vivimos, que las energías renovables van a bajar las facturas, que los proyectos de energía sostenible crearán nuevas oportunidades de trabajo y que la acción climática va a garantizar seguridad energética y alimentaria y una mejor salud para todos", apuntó.
Y añadió: "Necesitamos embarcarnos en una transformación profunda de nuestras sociedades y guiarlas hacia una economía de neutralidad climática. Esto no es solo una cuestión de orientación política o una opción política, es una cuestión de supervivencia".
Aparte de Cordeiro, durante esta conferencia virtual también intervino, entre otros, el director general de la Comisión Europea para la Acción Climática, Jacob Weskerman, que admitió que "los cambios en los objetivos no van a ser suficientes para cumplir el reto de evitar los 1.5 grados" de calentamiento global máximo.
Precisamente, el Acuerdo de París, que es jurídicamente vinculante para los Estados firmantes, fijaba los 2 grados como tope máximo de la temperatura del planeta respecto a los niveles preindustriales, aunque también instaba a las partes a lograr esfuerzos para limitar el aumento a 1.5 grados en vez de los 2.
En este sentido, desde el Ejecutivo comunitario, Weskerman afirmó que no perciben "mucha evidencia de que los países vayan a acordar rebajar (sus pretensiones) hasta los 1.5 grados".
"Las expectativas están siendo ajustadas", avisó el dirigente, que recordó que esta década, hasta 2030, es "crítica" para intentar paliar los efectos del cambio climático.