“Algún fortalecimiento adicional se pronostica en el próximo día o más” , informó el Centro Nacional de Huracanes (CNH) de Estados Unidos en un reporte a las 08:00 horas locales (12.00 GMT).
A esa hora el ojo bien definido de Irene se ubicaba a 540 kilómetros al sureste de Nassau, Bahamas, o a unos mil 500 kilómetros al sur de Cabo Hateras, Carolina del Norte.
El sistema se desplaza hacia el oeste-noroeste a 15 kilómetros por hora y se espera este miércoles un giro gradual hacia el noroeste.
En la trayectoria pronosticada el centro de Irene pasará sobre el sureste y centro de Las Bahamas este miércoles y sobre el noroeste de Las Bahamas el jueves.
El huracán disminuyó la fuerza de sus vientos a categoría uno (150 kilómetros por hora) la noche del martes, pero las aguas cálidas del Caribe hicieron que pasara rápidamente el miércoles de la categoría dos a la tres de un máximo de cinco niveles en la escala Saffir-Simpson en cuestión de unas horas.
Los meteorólogos no descartan la posibilidad de que llegue hasta la categoría cuatro en su ruta hacia Estados Unidos. Pero a donde tocará tierra en ese territorio es aún una incógnita.
La Agencia Federal de Manejo de Emergencias (FEMA) de Estados Unidos advirtió en la víspera que toda la costa este del país debe estar en alerta y recomendó a las personas prepararse mientras se analizan los recursos y posibles evacuaciones.
Los vientos y lluvias de Irene seguramente se sentirán en Florida el fin de semana pero no se espera un impacto directo en ese estado.
El fenómeno podría tocar tierra en Carolina del Norte el sábado, de acuerdo con el trayecto de largo plazo del CNH. De ser así sería el primer ciclón que impactaría en territorio estadounidense desde 2008, cuando "Ike" llegó a Texas.