El vicepresidente para Supervisión de la Fed, Randal Quarles, dijo en la nota que en el último año se ha sometido a esos grandes bancos a tres pruebas para ver su capacidad ante diferentes escenarios hipotéticos de recesión.
"Todos han confirmado que el sistema bancario está fuertemente posicionado para respaldar la recuperación en marcha", afirmó Quarles.
La Fed explicó que los 23 bancos evaluados permanecieron por encima de los requisitos de capital mínimo con base en el riesgo.
La nota agregó que uno de los escenarios hipotéticos presentados fue el de una recesión grave que se cebaría especialmente con los mercados inmobiliarios comerciales y los de deuda corporativa, con un crecimiento de la tasa de desempleo en cuatro puntos porcentuales, hasta llegar a más del 10 %.
En ese escenario habría una caída del PIB del 4 % entre el último trimestre de 2020 y el tercero de 2022.
Ante este panorama hipotético, los 23 bancos perderían en conjunto más de 470,000 millones de dólares, de los que cerca de 160,000 millones provendrían del retroceso del mercado inmobiliario y de los préstamos corporativos.
Aun así, "sus ratio de capital disminuirían hasta el 10.6 %, todavía más del doble de sus requisitos mínimos", indicó la Fed.
Todos los bancos de EE.UU. con más de 250,000 millones de dólares en activos están sujetos a test de estrés bajo la Ley Dodd-Frank, a través de la que se hizo una reforma financiera en 2010 tras la crisis financiera de 2007-2008.
Los bancos con entre 100,000 millones y 250,000 millones en activos son sometidos a este tipo de pruebas cada dos años, pero cuatro de ellos decidieron participar en estos test en 2021, cuando no les tocaba.
Entre las entidades que se sometieron a estas pruebas están Bank of America Corporation, Barclays US LLC, Capital One Financial Corporation, Citigroup Inc., Credit Suisse Holdings (USA), The Goldman Sachs Group; HSBC North America Holdings, y JPMorgan Chase & Co.