Sainz quiere, en un circuito urbano que a priori no favorece a la 'Scuderia', mantener su buena racha en Azerbaiyán; donde el otro español, el doble campeón del mundo Fernando Alonso (Alpine), espera regresar a los puntos. En una prueba en la que apuntará alto el mexicano Sergio Pérez, que con su cuarto puesto en Mónaco contribuyó a la toma del liderato de Red Bull; y que regresa a la pista en la que firmó dos de sus diez podios en la categoría reina.
Verstappen le arrebató el primer puesto al séptuple campeón del mundo inglés Lewis Hamilton (Mercedes), ganador de tres de las cinco carreras disputadas, pero que sólo fue séptimo en el principado de la Costa Azul; y que anuncia contraataque en Bakú.
'Mad Max' le saca cuatro puntos (105 a 101) a 'Sir' Lewis; y, por primera vez desde 2013 -cuando se cerró, con un cuarto 'doblete', el cuatrienio glorioso liderado por el alemán Sebastian Vettel-, Red Bull encabeza los dos Mundiales. El de constructores, con un punto (149-148) sobre Mercedes, ganadora de los siete últimos; y que se ha anotado tres de las cuatro carreras disputadas en Bakú, debutante en 2016 como Gran Premio de Europa.
A partir de entonces, y a excepción del año pasado -cuando la prueba se canceló, a causa de la pandemia- el Gran Premio lleva el nombre de la antigua república soviética que baña el Mar Caspio y rodean las montañas del Cáucaso.
La prueba se disputa en un circuito de 6,003 metros (el segundo más largo después de Spa-Francorchamps, Bélgica) al que el domingo está previsto dar 51 vueltas, para completar un recorrido de 306 kilómetros. Una pista, con 20 curvas -doce de ellas a la izquierda- y una gran recta de 2,2 kilómetros, en la que se pueden rebasar los 330 kilómetros a la hora. Y, en la que, a diferencia de otros circuitos urbanos, sí es habitual adelantar (en 2019 hubo un total de 37 adelantamientos 'normales', sin DRS; y la media es de 51 adelantamientos por carrera). Algo que celebra Alonso, propietario de los 32 triunfos que cuenta España a lo largo de toda su historia en la F1; que, tras dos años ausente, retornó éste a la categoría reina.
"En las últimas dos carreras que disputé aquí no entré entre los diez primeros y acabé en los puntos, lo que demuestra que cualquier cosa puede pasar en el que habitualmente es un fin de semana muy impredecible", explicó el doble campeón mundial asturiano ( 2005 y 2006) acerca de la carrera que se disputa en una pista en la que es difícil encontrar el compromiso entre las zonas con curvas y calles estrechas, que demandan alta carga aerodinámica -similar a Mónaco-; y las largas rectas -parecido a Monza-, que la requieren baja. Motivo por el que gran parte de los equipos acaban optando por una configuración de carga aerodinámica media.
Mercedes llega con ánimo de enmendar el 'patinazo' de Mónaco (el finlandés Valtteri Bottas abandonó, después de que fueran incapaces de sacarle una rueda en su parada) a Baku, en cuyas calles se anotó tres de las carreras disputadas hasta la fecha. Pero donde ganó por primera vez -en 2017, y saliendo desde la décima plaza- un Red Bull: el que pilotaba el australiano Daniel Ricciardo, ahora en McLaren. Un equipo al que le puede venir muy bien este circuito, según apuntó Sainz en Mónaco, en referencia a su excompañero inglés Lando Norris, que tras acabar tercero en las calles monegascas ocupa ese puesto en el Mundial, con 56 puntos. Doce más que 'Checo' Pérez -quinto, con tres puntos menos que Bottas-, cuyos éxitos provocan alegría en México y causan furor en su Guadalajara natal.
"En Bakú espero que podamos completar una buena calificación, ya que hemos demostrado que nuestro ritmo en carrera está ahí, con los mejores. Sólo tenemos que mejorar los sábados y entonces todo irá bien", comentaba, antes de viajar -el miércoles- a Azerbaiyán, el piloto de Jalisco, que podría sumar su tercer podio en F1 el domingo en Bakú, donde este viernes arrancarán los entrenamientos libres. En los que, en seco, se rodará con los neumáticos menos rígidos: los de los compuestos C3 (duros, reconocibles por la raya blanca), C4 (medios, raya amarilla) y C5 (blandos, roja).
Los ensayos se completarán el sábado, horas antes de la calificación; que ordenará la formación de salida de la carrera del domingo. En la que Sainz -séptimo en el Mundial, con 38 puntos- y su compañero monegasco Charles Leclerc -sexto (40), que tras firmar la 'pole' no pudo tomar la salida, por avería en un palier, en Mónaco- intentarán avanzar puestos (o, al menos, evitar que se abra la brecha) para Ferrari: cuarta en el campeonato de constructores, con 78 unidades. Dos menos que McLaren.
Verstappen, de 23 años, centra toda la atención en Bakú. La pasada temporada perdió la ocasión de convertirse en el campeón mundial más joven de toda la historia -honor que sigue detentando Vettel, ahora en Aston Martin y que en Mónaco sumó sus primeros diez puntos del año, al acabar quinto-. Pero, por primera vez en su brillante trayectoria, comanda un certamen de 23 carreras del que es consciente que apenas se ha consumido menos de la cuarta parte.
"Ser líder sienta bien", admitió 'Mad Max'. "Pero lo importante es serlo al acabar la última carrera", precisó Verstappen.