António Guterres reconoció que, pese a los esfuerzos de años por evitar tan atroz delito, Naciones Unidas aún no logra erradicar ese tipo de atropellos.
En un mensaje de video, el líder de la ONU refrendó su intención de luchar contra ese lastre y de poner fin a la impunidad cuando llegue a ocurrir.
Explicó que para ello ha diseñado una estrategia de cuatro puntos centrada en la atención a las víctimas, la transparencia, la rendición de cuentas y la impartición de justicia.
"Primero, da prioridad a los derechos y la dignidad de las víctimas. Segundo, se enfoca en acabar con la impunidad para los culpables de crímenes y abusos. Tercero, recurre a la sabiduría y guía de quienes han sido afectados, de la sociedad civil, de las comunidades locales y de otros actores para robustecer y mejorar nuestros esfuerzos. Cuarto y último, busca concienciar y compartir las mejores prácticas para poner fin a este flagelo", apuntó.
Guterres reiteró su compromiso con hacer realidad la tolerancia cero para el abuso y la explotación sexual en la Organización y recordó que desde que asumió la Secretaría General estableció una Fuerza de Tarea de Alto Nivel para elaborar la estrategia que permitiera conseguir esa meta.
Esta nueva estrategia es el resultado de la formación en enero pasado de un equipo de tareas de alto nivel para formular un nuevo enfoque con el objetivo de prevenir y responder a los casos de explotación y abusos sexuales cometidos por quienes prestan servicios bajo la bandera de las Naciones Unidas.
Según un informe divulgado hoy junto con el nuevo plan, en 2016 se recibieron denuncias de 145 casos de abuso y explotación sexual, 80 de ellos cometidos por personal uniformado y 65 por personal civil, lo que demuestra que se trata de una calamidad que alcanza a todo el sistema de la ONU.
El estudio detalla que de 311 víctimas de esos atropellos 309 fueron mujeres o niñas, por lo que la nueva estrategia también hace hincapié en promover el equilibrio de género en la plantilla del sistema de Naciones Unidas y en las fuerzas de paz.
António Guterres subrayó que ningún empleado de la Organización debe perpetrar delitos tan viles y enfatizó en contrapartida la labor del personal que trabaja en pro de los ideales de Naciones Unidas.
"La vasta mayoría de las tropas y el personal de la ONU sirve con orgullo, dignidad y respeto a la gente que asiste y protege, muy a menudo en condiciones peligrosas y difíciles y con un gran espíritu de sacrificio personal", acotó.
"Debemos declarar al unísono que no toleraremos que nadie cometa o excuse a quienes cometan actos de explotación y abuso sexuales. No permitiremos que nadie encubra esos delitos usando la bandera de las Naciones Unidas", agregó.
Finalmente, el secretario general confió en que, con el apoyo de los Estados miembros, no se tolerará ni condonará el abuso y la explotación sexual bajo la bandera de la ONU.
"Todas las víctimas merecen justicia y merecen nuestro apoyo firme. Juntos, hagamos realidad esa promesa", concluyó Guterres.