El presidente del CE dice que no hay un problema de confianza en el euro

El presidente del Consejo Europeo (CE), Herman Van Rompuy, insistió en que la necesidad de consolidación fiscal en Europa no tiene que ver con un problema de confianza en el euro o de dificultad para financiar los déficit.

"No estamos comenzando la consolidación fiscal porque no podíamos financiar nuestros déficit", afirmó Van Rompuy en una rueda de prensa en Toronto, adonde se ha desplazado para participar en las cumbres del G20 y el G8.

"No es un problema de confianza en nuestra divisa", añadió el presidente del CE.

"El elegir el momento adecuado es importante para la consolidación fiscal y es por eso que comenzaremos a reducir los déficit presupuestarios en el 2011", afirmó Van Rompuy.

Recordó, por lo demás, que países con "grandes problemas" como Grecia, España o Portugal harán ya "enormes esfuerzos" en ese frente este mismo año.

"Creo que nuestra estrategia en Europa es una estrategia inteligente. Empezamos en un momento en el que vuelve a haber crecimiento positivo y empezamos con la consolidación fiscal de forma gradual", explicó.

Subrayó que la insistencia de Europa en la consolidación fiscal busca evitar que los contribuyentes del Viejo Continente pierdan la confianza al ver que los países incurren en déficit cada vez mayores y decidan como consecuencia ahorrar.

Destacó que si los europeos optasen por aumentar sus ahorros eso tendría un impacto "realmente" negativo sobre el crecimiento de la región.

Por su parte, el presidente de la Comisión Europea, José Manuel Durao Barroso, que participó en la rueda conjunta con Van Rompuy destacó que tras un primer momento de "perplejidad" a raíz de la crisis en Grecia los mercados han entendido la determinación de los líderes europeos de defender la moneda común.

Mencionó, en ese sentido, que existe "una completa determinación política, económica y financiera de todos los líderes en Europa de hacer lo que sea necesario para asegurar la estabilidad".

Apuntó, por lo demás, que es necesario distinguir entre la situación de países específicos y el área euro en su conjunto que, dijo, tiene una deuda y un déficit menores que los de socios del G20 como Estados Unidos y Japón.

La consolidación fiscal se perfila como uno de los grandes puntos de desacuerdo en la reunión del G20 que comenzará en Toronto este próximo sábado, el mismo día que acaba en la localidad de Huntsville, a 200 kilómetros al norte de Toronto, el encuentro del G8.

A diferencia de Europa, Estados Unidos llegará al G20 con la idea de que la recuperación económica debe estar por delante de los recortes presupuestarios.

"Debemos de demostrar un compromiso con la reducción del déficit a largo plazo pero no a costa del crecimiento a corto plazo", señalaron el miércoles en una carta publicada en el diario The Wall Street Journal el secretario del Tesoro, Timothy Geithner, y el asesor económico de la Casa Blanca, Lawrence Summers.

La misiva se publicó el mismo día que otra de Barroso y Van Rompuy, en la que estos abogaban por la austeridad fiscal.

Pese a las señales de tensión, Barroso insistió hoy en que Europa "no está sugiriendo que todo el mundo haga lo mismo al mismo tiempo" y reconoció que las situaciones de los países son "diferentes", aunque insistió en que es "importante coordinar los esfuerzos".