En el seno del equipo reina la confianza y la motivación, pero sobre todo el hambre de triunfo para poder enfrentar al peso pesado de esta disciplina, Estados Unidos.
Hace cuatro años, en Austria se le puso en aprietos a pesar de la derrota, por lo que ahora el equipo quiere escribir una historia diferente.
Los convocados al equipo coinciden en que este equipo es diferente porque el programa que ha conseguido habla ya de un crecimiento en su futbol, así en la charla con ellos cada uno se muestra convencido de que es la mejor selección posible con los mejores elementos que ha tenido en su historia.
Sea o no el caso, después de más de seis meses de planeación el plazo ha llegado, el equipo llega bien embalado con un balance entre experiencia con ex jugadores que han estado en campamentos con equipos de NFL y jugadores en activo en Liga Mayor que han sido referencia con sus equipos.
Con estos elementos, el coach Raúl Rivera consideró que en esta ocasión México está más cerca de las medallas, por lo que el objetivo es mejorar el cuarto lugar pasado y a partir de ahí conseguir una actuación histórica.
El equipo lo muestra así en cada práctica, es lunes fue la última antes de que el martes tomen el avión que los llevará a la sede en Ohio, donde el jueves debutarán ante el anfitrión un duelo que ya se mira con rabia para los mexicanos por poder vencerlo.