En el año financiero que terminó en junio, la mayor minera del mundo obtuvo un beneficio de 15,420 millones de dólares australianos (16,200 millones de dólares o 12,900 millones de euros) en medio del aumento de los costes y menor precio de los minerales.
El anuncio de Billiton provocó que el ministro de Recursos y Minería, Martin Ferguson, anunciara que el "boom minero" australiano ha llegado a su fin, lo que a continuación fue desmentido por la primera ministra, Julia Gillard.
"Los precios de las materias primas han subido un poco", admitió Gillard, quien aún así agregó que el sector seguirá creciendo y contribuyendo a la buena marcha de la economía australiana.
La apreciación del dólar australiano, la desaceleración de la industria en China y las turbulencias financieras en la Unión Europea también han contribuido a un descenso de la demanda de los minerales australianos.
Las multinacionales mineras australianas BHP Billiton, Rio Tinto y Xstrata han criticado el impuesto del 30 por ciento que deben pagar las empresas del sector con unos beneficios superiores a los 75 millones de dólares australianos (78 millones de dólares o 62 millones de euros), en vigor desde el pasado julio.