México ultima preparativos para su primer vuelo de prueba con bioturbosina

La meta para el sector sería que en 2015 el 1 por ciento del total consumido fuera biocombustible, porcentaje que debería subir hasta el 15 por ciento en 2020, todo respecto a los niveles del pasado año.

Una aerolínea mexicana, el fabricante Airbus y el gobierno de México anunciaron que el próximo 1 de abril realizarán el primer vuelo de prueba de una aeronave que utilice bioturbosina, un combustible para aviones elaborado con la planta "jatrophia curcas", informaron fuentes oficiales.

En rueda de prensa el director general de Aeropuertos y Servicios Auxiliares (ASA), Gilberto López Meyer, precisó que para la prueba se utilizará un 73 por ciento de combustible fósil y el 27 por ciento restante será una mezcla a base de biokeroseno sintético, cuya a base es la jatrofa, una planta de origen tropical cuyas semillas proporcionan un aceite que tiene cualidades similares al gasóleo.

El vuelo lo hará un avión tipo Airbus 320, propiedad de la aerolínea de bajo costo Interjet en la ruta Ciudad de México-Tuxtla Gutiérrez, la capital de Chiapas, donde se produce el biocombustible.

"México se encuentra en condiciones privilegiadas, en comparación con otros países, para erigirse como uno de los precursores en el impulso de biocombustibles y por eso apostamos en esta prueba", dijo a la prensa el funcionario mexicano.

El representante de ASA, organismo descentralizado que depende de la Secretaría de Comunicaciones y Transportes (SCT), señaló que México podría ser un líder mundial en la fabricación de este tipo de biocombustible a partir de 2015.

En la misma rueda de prensa el director de proyecto medioambiental de la europa Airbus, Dan Cohen, aseguró que México "cuenta con las condiciones propicias de suelos, de clima y hasta políticas para colocarse en una posición mucho más ventajosa que cualquier otro país" en este sector.

Desde hace un año las autoridades mexicanas, en coordinación con el sector agropecuario y la iniciativa privada, trabajan en la exploración e investigación de plantas y aceites vegetales de segunda generación, aquellos no consumibles, que pretenden transformar en biocombustibles para aviones.

La meta para el sector sería que en 2015 el 1 por ciento del total consumido fuera biocombustible, porcentaje que debería subir hasta el 15 por ciento en 2020, todo respecto a los niveles del pasado año.

Ello implicaría producir 40 millones de litros de bioturbosina en el primer caso, y 700 millones en 2020.

Actualmente la jatrofa que se utiliza para el proyecto se cultiva en 3,000 hectáreas de terreno, una superficie que se pretende elevar a fines de este año a 16,000 hectáreas extendiendo los cultivos a estados como Baja California, Sonora, Tamaulipas, Sinaloa, y Yucatán.

La Organización de Aviación Civil Internacional (OACI), integrada por más de 130 países, planea en la segunda mitad de este año fijar las normas para el uso de biocombustibles para aeronaves en el mundo.